Joseba VIVANCO
Elkarrizketa
GUSTAVO GROSSI
DIRECTOR DEPORTIVO DE RIVER PLATE

Gustavo Grossi: «Nuestra meta final es generar un ingreso con la venta del talento»

En River Plate el lema es: «Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas». Y para llevarlo a cabo en el fútbol formativo del club argentino está Gustavo Grossi, desde hace tres años en la dirección de la cantera franjirroja. Un «detector de talentos», como define su profesión, con más de veinte años de oficio y ahora gestionando el talento de la mayor cantera del balompié del país.

El director deportivo del bonaerense River Plate participcó en el marco del reciente Bilbao International Football Summit (BIFS'19), donde iluminó a los asistentes sobre el trabajo formativo en Sudamérica.

Usted es un todoterreno del fútbol formativo, ¿qué conoce del trabajo en la cantera de Lezama?

Luego del paso de Marcelo Bielsa hace algunos años pude recorrer el desarrollo de jóvenes del Athletic de Bilbao, el cual evidentemente está absolutamente profesionalizado, bajando al mínimo el margen de error, considerando que su captación de talentos debe ser exclusivamente de jóvenes de la región, lo cual achica mucho el margen de búsqueda. Es muy particular, y tan especial como complejo.

En el caso sudamericano estamos acostumbrados a chavales muy jóvenes que de inmediato dan el salto a Europa. ¿En qué se diferencia el trabajo formativo de cantera de, digamos, River, o el fútbol argentino, del de Europa, los objetivos son tan diferentes?

En Sudamérica la captación de talento es en edades mucho más tempranas y la reglamentación de las federaciones muy diferente en la protección de los clubes. Aquí, a los diez años ya se reclutan jugadores. También es de destacar las enormes diferencias culturales y genéticas. Eso hace que su carácter se construya en lugares complejos, adversos. Y en verdad que encuentro muy pocos puntos de comparación entre lo que se gestiona en el fútbol sudamericano y el europeo en las edades formativas. No da lo mismo ganar que perder, importa que aprendan a formarse en la victoria, es importante, pero no es un drama cuando no se logra, ni siquiera promocionamos la tabla de posiciones. Nuestro objetivo es que lleguen la mayor cantidad de jugadores al primer equipo, conseguir logros, y que sean transferidos a las grandes ligas del mundo.

¿Existen también diferencias tan grandes en el proceso de búsqueda de esos talentos?

El mercado internacional busca jugadores sudamericanos consolidados en Primera división entre los 18 y 20 años, por lo cual la edad de captación y competencia se inicia a los 9 y es más acelerado el proceso de formación comparado, por ejemplo, con el fútbol español.

Decía aquí un legendario futbolista y con un buen «ojo» como ‘Piru’ Gainza, que al jugador bueno lo detecta cualquiera, que la clave está en dar con el que no lo parece y mañana será mejor... ¿Cuál es la clave para dar con ese diamante por pulir?

Detectar el talento es mi profesión. Empecé observando niños en las canchas de tierra y 23 años después he llegado a las formativas de River. La captación del talento es un don particular en el cual se necesita de vocación y pasión, para poder dimensionar qué niño no tendrá techo de aprendizaje, crecimiento y evolución de manera constante. Y para eso son muchos años de entrenar el ojo y transitar experiencias en dfrentes proyectos y países del continente americano, siempre visualizando futbolistas de proyección internacional.

Imagino que el punto de partida de un chaval tampoco es el mismo. Aquí, en Europa, no suelen ser chavales con necesidades básicas, mientras en Sudamérica, Argentina en su caso, para muchos se trata de una salida familiar a muchos apuros... Aquí el fútbol lo juegan los pobres. En Sudamérica el futbolista nace en el 90% por debajo de la línea de la pobreza y dentro de ese porcentaje el 20% tiene su familia en la indigencia, por lo cual construye una personalidad y una necesidad totalmente opuesta al niño europeo.

Los clubes tienen como objetivo la venta de jugadores jóvenes más que una hoja de ruta formativa en la que la meta sea consolidar el potencial del primer equipo. ¿No resulta frustrante para alguien como usted que el objetivo sea la venta de ese joven talento?

El primer objetivo es la formación integral de un joven futbolista; el segundo pasa porque pueda ser disfrutado en nuestro club, y el objetivo final es generar un ingreso con la exportación y venta del talento. Mi trabajo es suplantar al que se va a vender, eso hago. El proyecto es buscar, captar a uno que reemplace al que es muy bueno.

¿Qué consejos les da, si se los da o se los piden, a los chavales que ha visto crecer y les llega la llamada de Europa tan jóvenes?

Prefiero no participar u opinar en el momento en el cual pasan a ser profesionales, pero es muy importante que pueda con su educación y carácter transitar lo más cómodo posible la industria del fútbol, la cual evidentemente existe y decide el destino de estos talentos que quienes trabajamos en formativas buscamos llegue preparado desde todo punto de vista.

Con 19, 20 años, da la impresión que el jugador sudamericano tiene que ser ya un hombre, un veterano, y no un juvenil...

En Sudamérica el futbolista juvenil desde los 13 años es tratado y exigido como profesional, con las mismas exigencias que un jugador mayor en todo sentido de la palabra profesional, por lo cual a esa edad ya están consolidados y mentalizados con el destino que buscan obtener. Es más, aquí con 12 años empiezan a trabajar en el gimnasio porque a los 18 tienen que valer o no.

Como usted dice, el fútbol exige que triunfen cada vez más jóvenes, que debuten más jóvenes... ¿A dónde nos lleva esto?

La exigencia es debido a lo que pretende el mercado del fútbol internacional por comprar y vender talentos jóvenes, que décadas atrás sucedía a los 23 años y ahora para poder tener valor de reventa sucede a los 18. Es una situación plenamente comercial la cual quienes nos dedicamos a la gestion del talento no podemos participar ni opinar. Lo que tenemos claro es que no queremos futbolistas como los que salen en el resto del mundo, queremos los que necesite el resto del mundo.

El fútbol, como decía Dante Panzeri, ¿sigue y seguirá necesitando de «pibes atorrantes»?

Esos son los futbolista que buscamos captar y desarrollar en Sudamérica y que sobre la base del engaño marquen diferencias en cualquier liga del mundo. El producto de nuestro suelo es el engaño, la habilidad, la posibilidad de transitar ese tipo de cancha para que lo que venga sea mejor. Cuando hablo de nuestro suelo hablo del continente al cual represento, a Sudamérica. Lo que hicimos aquí en River fue reordenar nuestra estructura. Teníamos dos canchas de sintético y entonces nos fuimos al pasto natural, porque, repito, no estamos para construir futbolistas que existen en el otro lado del mundo, estamos para construir lo que el mundo busca. No construimos futbolistas europeos, sino argentinos. Nuestra propuesta de juego pasa siempre por tener jugadores con buena técnica, equipos que propongan todo el tiempo la idea de atacar, pero no perder nunca la gambeta como decimos acá. Buscamos técnica y genética; técnica individual por encima del resto de las cosas, pero también capacidad en el uno contra uno en todos las posiciones del campo y personalidad y carácter para sostener a un equipo que juega ante 70.000 personas en el campo de juego. Y también les pedimos hambre.

¿Dónde está esperando el futuro Leo Messi? ¿Será argentino?

Por genética, cultura futbolística y realidad social adaptada al fútbol, creo que va a volver a salir de Sudamérica, como pasó con Di Stefano, Pelé, Maradona y ahora Messi.

 

«Aquí se capta a un niño con diez años y si se va a otro equipo tiene que estar dos años sin jugar»

¿Cómo capta River a esos jóvenes talentos argentinos?

Durante los últimos tres años hemos realizado 448 pruebas en todo el país, en total, 156.470 jugadores vistos. De todos esos, 60 se han incorporado al proyecto, lo que nos da mucha calidad. Ya tenemos al alumno, al futbolista, ahora necesitamos un aula, y ese es el campo de juego. Y del aula, al lápiz, toda la utillería necesaria para jugar y entrenar. Ya solo nos falta el método, que lo situamos en el cuarto puesto, el profesor que enseña... pero primero lo primero: alumno, aula, lápiz... Aquí tampoco nos olvidamos de la educación del jugador, el 98% de nuestros futbolistas va a la escuela y el 100% tiene cobertura médica... Viniendo de donde viene la mayoría, de una situación de pobreza...

¿Un proceso de captación temprana que para vosotros o cualquier club argentino es fundamental que sea exitoso?

Aquí, cuando uno ficha un niño a los diez años, este no se puede cambiar de equipo, los clubes estamos protegidos, porque si se va a otro club tiene que estar dos años sin jugar. Y por eso hacemos la inversión que hacemos, los clubes somos los dueños de los derechos federativos de los jugadores. Es una gran protección que tenemos los clubes de origen para convencer a los que tienen que invertir en estos chicos. Y la inscripción de estos jugadores empieza a los diez años, con lo cual si yo no ficho a un futbolista de diez años, ya no lo tengo jamás... Por eso en Argentina, Uruguay empieza tan abajo la captación, porque a los 18 o 19 años el primer mundo los quiere comprar. No los quiere a los 21 o los 23, con lo cual la formación va de los 10 a los 18, no de los 14 a los 22. Ustedes nos llevan tres o cuatro años de ventaja en el desarrollo intelectual, profesional, físico de un niño futbolista y es una ventaja grande... Es lo que nosotros tenemos que transitar. Para construir un proyecto se necesita tiempo, todo esto en River lo hemos construido en cuatro años a partir del descenso a Segunda división. Hay una idea, un proyecto, un equipo y una dirigencia que no es tan impaciente.J.V.