A.I.
iruñea

Los antitaurinos, reyes de Alde Zaharra

La kalejira de Iruñea Antitaurina aprovechó la primera corrida de toros de 2019 para llenar de marcha Alde Zaharra. La disyuntiva que plantea este colectivo difiere de las protestas clásicas. Lo que ponen sobre la mesa en quién se lo pasa mejor: si los taurinos o ellos.

Son las siete de la tarde en la plaza del Ayuntamiento. Las peñas se han marchado con sus txarangas a la Plaza de Toros y dejan toda la tarde huérfana. Y, un año mas, el colectivo Iruñea Antitaurina sabe leer el hueco y reparte cuernos de cartulina en los que se lee “Zezenak bizirik” e insiste en que los mejores toros son los que están vivos.

No hubo un discurso demasiado elaborado. «Porque Iruñea no es taurina, es sanferminera. Vamos a luchar todos por unas fiestas libres de violencia», gritó el portavoz de la plataforma. No necesitó nada más. La idea gustó a los convencidos, que rompieron en vítores, y a muchos curiosos que se pararon al escuchar el concierto de la elektrotxaranga Matraka, que había venido a amenizar la kalejira antitaurina. La protesta ha cuajado y la fecha en la que se celebra es fácil de memorizar. Ocurre el día 7 del mes 7 a las 7 de la tarde.

A diferencia de las protestas que tienen lugar los días previos a sanfermines, esta nace de gente de la propia ciudad y funciona en claves distintas.

Mientras el abolicionismo de la tauromaquia que propugnan grupos como PETA o Anima Naturalis es tajante y absoluto, desde Iruñea Antitaurina proponen reflexionar sobre si son necesarias las corridas o tan solo bastaría con los encierros. Y, además, proponen qué cambios habría de impulsar dentro de las fiestas para que la ciudad se prepare para un escenario presente y futuro en el que acuchillar toros no se ve con buenos ojos.

Cuando terminó el concierto en la plaza del Ayuntamiento, varios cientos de personas marcharon detrás de la elektrotxaranga rumbo a Jarauta con sus cuernos de a un euro y lanzando mensajes que, hasta hace nada, eran una herejía durante los sanfermines.