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MADRID

El BBVA intenta limitar el impacto de la imputación en su imagen

Los máximos responsables del BBVA intentan limpiar su imagen por la imputación de la entidad como persona jurídica en una pieza del «caso Villarejo» destacando que están dispuestos a colaborar con la Justicia. Asumen que el impacto de las graves acusaciones no es bueno, aunque esperan que no tenga repercusiones en las cuentas.

El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, indicó ayer que hasta el momento el «caso Villarejo» no ha impactado en el negocio de forma directa, pero sí asumió su efecto negativo sobre la reputación de la entidad. «No nos gusta aparecer en las portadas a diario, evidentemente tiene un impacto sobre la imagen del banco», reconoció.

Así lo puso de manifiesto el “número dos” de BBVA en la rueda de prensa posterior a la presentación de los resultados del primer semestre de 2019, subrayando que están haciendo «todo lo posible para que se aclaren los hechos y que no van a hacer nada que pueda interferir en la investigación judicial».

«Sobre el negocio directo no ha habido ningún impacto, sobre la imagen del banco sí, evidentemente lo hay», insistió Genç, que añadió que se están tomando «muy en serio» la gestión de la reputación.

Relevo en el control interno

Respecto a si recurrirá la decisión del juez Manuel García-Castellón de imputar al BBVA como persona jurídica, el consejero delegado señaló que cualquier paso se dará tras consultar con sus asesores legales. «Es una decisión que lleva su tiempo», comentó.

La acusación es por los presuntos delitos de cohecho, revelación de secretos y corrupción en los negocios en relación con una operación de espionaje encargada en 2004 al comisario de la Policía española jubilado José Manuel Villarejo para presuntamente espiar dirigentes de la constructora Sacyr que querían hacerse con el control de la dirección del banco.

Justamente, el pasado martes, el hasta ahora responsable de regulación y control interno del BBVA, Eduardo Arbizu, abandonaba la entidad después de 17 años en el grupo, siendo sustituido por la actual directora de riesgos no financieros, Ana Fernández Manrique.

La entidad no dio ninguna explicación sobre los motivos de la fulminante destitución de Arbizu, que se produjo solo un día después de que García-Castellón acordara la imputación del BBVA. Ayer, Genç tampoco quiso arrojar luz sobre el tema cuando fue cuestionado al respecto.

Como recordó Europa Press, Arbizu fue el responsable de servicios legales del banco durante todo el periodo objeto de investigación. En concreto, fue director general de servicios legales del BBVA entre 2002 y 2003, momento en que asumió la dirección de servicios jurídicos. En 2007 se le asignaron, además, las direcciones de asesoría fiscal, auditoría y cumplimiento. En 2011 fue nombrado director global de legal y cumplimiento, y en 2018 ascendió a director global de regulación y control interno, reportando directamente al consejo de administración del banco.

Por tanto, Arbizu fue una pieza clave en el organigrama que lideraba Francisco González, presidente del BBVA desde 2000 hasta 2018. Oficialmente, González dio el relevo a Carlos Torres el pasado 1 de enero.

«Rompamos con el pasado»

El martes, portavoces de las secciones de UGT y CCOO en el BBVA señalaron que la dirección no había contactado con la representación sindical para dar explicaciones por la imputación o sobre la evolución de la investigación interna que el banco encargó a Garrigues, Uría Menéndez y PwC, más allá del comunicado que publicó en su página web en la tarde del lunes.

Desde CCOO, que cuenta con una representación del 35%, reclamaron a Carlos Torres que rompa cualquier relación con Francisco González, al que considera el principal responsable de la pérdida de reputación del banco. «Es verdad que hay secreto de sumario, pero seamos contundentes y rompamos con el pasado», exigió la secretaria general de CCOO-BBVA, Isabel Gil.

 

El beneficio cae un 3,7% en el primer semestre

El BBVA obtuvo un beneficio neto de 2.442 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone una caída del 3,7% respecto al mismo periodo de 2018, según informó ayer la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En una nota, el banco explicó que el resultado se ha visto condicionado por un mayor deterioro de los activos financieros, consecuencia de las mayores necesidades de provisión en Estados Unidos, México y Turquía, especialmente en el primer trimestre. No obstante, el consejero delegado, Onur Genç, destacó los «excelentes resultados» obtenidos en el segundo trimestre, periodo en el que el beneficio alcanzó 1.278 millones. En términos interanuales, este beneficio trimestral fue un 2,6% más.

Por otro lado, Genç aseguró que cobrar a los clientes minoristas por los depósitos no está en la agenda ni en los planes del grupo bancario, si bien reconoció que la entidad sí lo está haciendo ya en el caso de algunas empresas y de algunos clientes institucionales. GARA