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Santiago de Chile

La Policía chilena suspende el uso de perdigones

Después de provocar cientos de heridos y graves lesiones oculares, el director general de Carabineros de Chile, Mario Rozas, ha anunciado la suspensión del uso de las escopetas de perdigones como «herramienta antidisturbios».

El estudiante chileno Carlos Vivanco, de 18 años, resultó herido en un ojo el 11 de noviembre. (Claudio REYES/AFP)
El estudiante chileno Carlos Vivanco, de 18 años, resultó herido en un ojo el 11 de noviembre. (Claudio REYES/AFP)

El uso de perdigones contra los manifestantes ha provocado cientos de heridos. 222 personas presentan heridas oculares de carácter grave, mientras que 22 han perdido la vida desde que comenzaron las protestas el 18 de octubre.

«Como una conducta de prudencia, se ha ordenado suspender el uso de esta munición no letal como herramienta antidisturbios», ha anunciado el director general de Carabineros de Chile, Mario Rozas.

Los Carabineros sostienen que estos perdigones son de goma, pero un estudio de la Universidad de Chile –en base a municiones extraídas a manifestantes heridos en las protestas– mostró una composición distinta: 20% de caucho y el 80% restante de sílice, sulfato de bario y plomo, «con una dureza equivalente a una rueda de skate», de acuerdo al informe.

En su declaración, el general Rozas ha dicho que tras el informe de la Universidad de Chile la institución ordenó un estudio interno, que arrojó también discrepancias con la información entregada por la empresa que les vende la munición, un cartucho que contiene 12 perdigones de 8 milímetros y 7 gramos de peso cada uno.

Ha prometido que a partir de ahora, los perdigones «solo se podrán usar al igual que las armas de fuego, como una medida extrema y exclusivamente para la legítima defensa cuando ya hay un peligro inminente de muerte».
La restricción en su uso, advierte, «será evaluada cuando tengamos en nuestro poder los resultados de los estudios complementarios que hemos solicitado en laboratorios de Chile y el extranjero, así como las certificaciones complementarias solicitadas al proveedor», ha precisado Rozas.

Triste récord

Los manifestantes que han resultado heridos en los ojos por perdigones se han convertido en una marca indeleble de este mes de manifestaciones en Chile, con víctimas como el estudiante Gustavo Gatica, de 21 años, herido en los dos ojos; o Carlos Vivanco, de 18 años, quien perdió la visión de un ojo tras ser herido en medio de las protestas en la comuna de La Pintana, en el sur de Santiago.

La cantidad de víctimas oculares supera a las de algunas zonas en conflicto en el mundo, por encima del número de casos ocurridos en el Estado francés durante la crisis de los «chalecos amarillos» o las protestas en Hong Kong, según denuncias del Colegio Médico de Chile y agrupaciones de derechos humanos chilenas.

Paulo Abrão, secretario de ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha afirmado que «no hay duda» de que ha habido violaciones a los derechos humanos durante las manifestaciones.

«El tema ahora es medir cuál fue su alcance, apurar sus debidas responsabilidades y también individualizarlas, en vez de generalizar una situación», ha señalado Abrão, de visita en Chile hasta este jueves para recabar información sobre las decenas de denuncias sobre vulneraciones provocadas por agentes durante las protestas.

Exigen una profunda reforma policial

El director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco, ha reclamado «una profunda reforma a las policías de Chile». Considera que es «algo esencial para superar bien esta crisis».

«Hemos dicho una y mil veces que se deben aplicar los protocolos de uso de la fuerza para la mantención del orden público, y que se debe, más aún, reformar las leyes que rigen a las policías, empezamos ya a trabajar en ello», ha subrayado en alusión al proyecto de ley que actualmente se revisa en la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados.

Sobre la reunión que el INDH mantuvo ayer con el Gobierno ha precisado que en ella plantearon la necesidad de que «se sepa qué ocurrió con las lesiones oculares, que se haga justicia lo más rápido posible de manera de que la Fiscalía actúe y que los tribunales de justicia resuelvan; y lo tercero son medidas de reparación, por ejemplo de atención a través de los servicios de salud. No hay por qué esperar a que los tribunales de justicia resuelvan para que el Estado inicie una política activa».