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Eliseo Gil asegura que «no se ha demostrado la falsedad» de los hallazgos de Iruña-Veleia

El historiador Eliseo Gil, principal acusado por la presunta estafa arqueológica de Iruña-Veleia, ha negado haber alterado las piezas localizadas entre 2005 y 2006 en este yacimiento alavés, cuya autenticidad no ha llegado a avalar.

Eliseo Gil, antes de la vista de este lunes. (Juanan RUIZ/FOKU)
Eliseo Gil, antes de la vista de este lunes. (Juanan RUIZ/FOKU)

Eliseo Gil, antiguo director del yacimiento de Iruña-Veleia, ha respondido de esta forma a las preguntas de la Fiscalía al inicio de la vista oral que celebra el Juzgado de lo Penal número 1 de Gasteiz sobre la supuesta estafa cometida en esta excavación entre 2005 y 2006.

Este historiador se enfrenta a una petición de la Fiscalía de cinco años y medio de cárcel por un delito continuado sobre el patrimonio histórico y por otro delito de estafa, en concurso con un delito de falsedad en documento privado.

En este proceso, que se ha iniciado este lunes, se enjuicia la presunta falsificación de 476 piezas de entre los siglos III y VI desenterradas en el yacimiento tardoromano de Iruña-Veleia, una supuesta alteración que, a juicio de la Fiscalía, se habría llevado a cabo través de falsas inscripciones realizadas con posterioridad en las piezas, con el fin de presentarlas como «hallazgos excepcionales» sobre el origen del euskara o la presencia del cristianismo en la península ibérica.

Antes de la declaración de Gil, su antiguo colaborador Oscar Escribano ha llegado a un acuerdo con la acusación, por el cual se reconoce como autor de un delito contra el patrimonio histórico, a cambio de una reducción de la pena que se solicitaba inicialmente contra él.

Escribano ha reconocido que utilizó un punzón para alterar una de las piezas desenterradas entre 2005 y 2006 en el yacimiento arqueológico de Iruña Veleia, en la que realizó una inscripción con el término «Veleia», aunque asegura que solo se trató de «una broma».

«Un antes y un después»

En su declaración, Gil se ha referido a lo ocurrido con aquella pieza como un «desgraciado incidente», aunque ha subrayado que este tipo de «bromas» se producen de forma habitual en las excavaciones arqueológicas.

En todo caso, ha mostrado su «desaprobación» por este tipo de prácticas. El exdirector de la excavación en el yacimiento alavés ha asegurado que el comportamiento de Escribano causó «una tremenda conmoción» en el equipo de investigadores, y que supuso «un antes y un después» en la relación que tenía con su colaborador, al que, no obstante, mantuvo en su equipo.

En respuesta a las preguntas de la Fiscalía, Gil ha negado haber realizado él mismo los grafitos o inscripciones supuestamente excepcionales localizadas en el yacimiento. En todo caso, a la pregunta del Ministerio Público sobre si considera, en la actualidad, que se trata de inscripciones auténticas, se ha limitado a afirmar que «no se ha demostrado su falsedad científicamente».