
La sentencia condena a la empresa a indemnizar por su muerte con 88.000 euros a la viuda y 20.000 euros a cada de los hijos.
M.G.M. trabajó de mecánico, reparando la maquinaria de la mina, entre cuyas tareas tenía que quitar y sustituir las zapatas de freno o discos de embrague gastados, para lo cual empleaba la rotaflex o si estaban remachados, con martillo y cincel, lijando posteriormente la pieza. En esta actividad se desprendían fibras que eran inhaladas por M.G.M., al no existir ningún sistema de aspiración localizado del polvo generado.
Agruminsa –empresa filial de Altos Hornos de Vizcaya, dedicada a la extracción de mineral en Gallarta– no le informó del riesgo del amianto, ni le obligó a utilizar protección respiratoria. No fue sometido a reconocimientos médicos específicos del amianto; y tampoco le lavaron la ropa de trabajo contaminada con fibras cancerígenas.
En junio de 2016, a M.G.M., que nunca fumó, se le diagnosticó un mesotelioma epitelial maligno, y falleció en el 2017. Agruminsa ya fue condenada el 27 de noviembre de 2018 a compensar a M.G.M. con 294.989 euros por daños morales a causa de la enfermedad e incapacidad permanente absoluta.

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