El Comité Federal del SUP en Nafarroa «no va a consentir que los que están del lado de los verdugos que mataron a casi mil personas, entre ellos Policías, Guardia Civiles y Militares, acusen a la Policía de todo tipo de delitos sin mediar condena y de manera impune y tomará las medidas legales que sean oportunas», según han hecho público en un comunicado posterior al acto del viernes realizado por Sortu en memoria de Elhadji Ndiaye. El sábado tuvo lugar otro acto en recuerdo multitudinario.

Este sindicato sostien que, pese a estar el joven bajo su custodia, no hay responsabilidad ya que fue una «muerte natural». 

Las afirmaciones del comunicado del citado sindicato policial chocan abiertamente con la realidad. Según afirman, en las diligencias abiertas por la juez, «quedó demostrada la agresividad y violencia que el detenido presentaba en el momento de su identificación y posterior detención, (en posesión de una varias dosis de heroína), el cual fue simplemente reducido e inmovilizado hasta la llegada de un vehículo policial que lo trasladó a Comisaría donde falleció por un paro cardiaco tras desvanecerse, como consta en el informe de la autopsia».

El SUP parece olvidar que la detención fue grabada por varios transeúntes con sus móviles cuando refiere que no presentaba heridas en el cuerpo «más allá de una leve erosión». En una de las grabaciones, que se adjunta a esta información como noticia complementaria, se aprecia perfectamente cómo el agente le golpea un puñetazo en plena cara. En cuanto al vídeo que ilustra este artículo tiene un particular valor pues en el se escuchan los gritos de angustia del joven senegalés en plena calle. 

Cierto es, como dice el SUP, que Ndiaye no murió por golpes de la Policía. Por eso el vídeo que ilustra esta noticia no es el del puñetazo. Falleció según la autopsia por un fallo cardíaco. Lo que también es cierto es que Ndiaye no pudo ir al hospital por su propio pie, pues estaba detenido y bajo custodia de la Policía española. Y lo que no ha explicado este sindicato es por qué nadie le llevó al hospital, chillando como chillaba, mientras agonizaba sobra la acera. 

Suban el audio y revisen el vídeo principal si no lo han hecho ya. Se oyen los gritos a partir del segundo 20.