NAIZ

Bruselas pregunta a la ciudadanía sobre la supresión de las monedas de 1 y 2 céntimos de euro

Los pagos sin contacto que ha popularizado la pandemia han hecho que nos olvidemos si cabe un poco más de esas monedas minimalistas, de color cobre, que se empeñan en esconderse en los pliegues del monedero. Ahora la Unión Europea nos pregunta sobre un proyecto que ambiciona desde tiempo atrás: ¿aceptaríamos el sacrificio de las dichosas moneditas, con el correspondiente redondeo?

La desaparición de las monedas de 1 y 2 céntimos parece estar cada vez más cerca. (NAIZ)
La desaparición de las monedas de 1 y 2 céntimos parece estar cada vez más cerca. (NAIZ)

La reflexión está abierta desde hace más de una década, pero la Unión Europea podría acelerar en sus intenciones de aligerar de monedas nuestros bolsillos.

Para conocer la opinión de la ciudadanía de la UE sobre la iniciativa de dejar de emitir monedas de 1 y 2 céntimos de euro Bruselas lleva a cabo actualmente una encuesta que se podrá contestar online hasta el 11 de enero de 2021.

Aunque la consulta está abierta a los 342 millones de ciudadanos de los 28 estados, la CE tiene especial interés en contar con el parecer de minoristas y proveedores de servicios, por su contacto diario con los usos de la moneda.

Según explica la UE, la encuesta «pretende abarcar todos los sectores, y muy especialmente aquellos que manejan una importante proporción de dinero en efectivo y las actividades económicas conexas».

Ya en 2013 y 2018 la Unión publicó dos informes con respecto a la circulación de dichas monedas.

En esos informes se planteaba la disyuntiva de, o bien mantener esas monedas, o bien proceder a su retirada de la circulación, pero los expertos no se decantaron por ninguna de las dos opciones.

Para alterar la actual situación en cuanto a uso monetario la Comisión Europea debería impulsar una iniciativa legislativa que, como mínimo, debería contemplar «normas uniformes de redondeo» que acompañarían previsiblemente a la suspensión de la emisión y la retirada de curso legal de esas pequeñas monedas que a menudo se quedan en la cartera o escondidas en cualquier bolsillo.

El impopular redondeo

Así en la documentación que acompaña a la encuesta se explica que el redondeo se aplica a la baja cuando el montante de la factura termina en 1, 2, 6 o 7. Por poner un ejemplo, si el total es de 50,01 euros, pagaremos 50 y si es de 50,07, abonaremos 50,05.

El redondeo se haría al alza cuando el total termina en 3, 4, 8 o 9. Por ejemplo, si nos corresponde pagar 50,04, nos cobrarán 50,05 y si el montante es de 50,08, pagaremos 50,10.

Hablamos siempre de pagos al contado, ya que nada cambiaría en el caso de pagos con tarjeta o cheque, en los que no tendría por qué aplicarse el redondeo.

Con todo, el presidente de la asociación de consumidores UFC-Que Choisir, Alain Bazot, se muestra cauteloso y recuerda «lo que pasó con el paso al euro o con la bajada del IVA a los restaurantes, que dieron lugar a redondeo de precios siempre tomando como referencia la unidad superior».

Otro hándicap que evoca la propia Comisión. El número de monedas de 1 y 2 céntimos de euro en circulación sigue siendo muy importante, hasta el punto de que desde Bruselas se ofrecía en 2017 el cálculo de que «por estadística cada ciudadano de la UE tiene 187 de estas monedas». A fecha de 1 de enero de este año esas dos pequeñas monedas representaban el 50% de las monedas emitidas en la zona euro.

Cinco estados pioneros

No obstante, ya existen precedentes de abandono. De hecho, las minimalistas monedas ya han sido enviadas al ostracismo numismático en algunos estados de la UE.

Es el caso de Finlandia, Holanda, Italia, Irlanda y Bélgica. También Suecia, Dinamarca y Hungría han hecho saber su intención de por no fabricar más monedas de 1 y 2 céntimos.

De acuerdo a fuentes comunitarias las encuestas señalan un aumento constante de las posiciones favorables a la eliminación de las fracciones más pequeñas del euro.

Si en 2014 esa opción era respaldada por el 60% de los ciudadanos de la UE, los sondeos que preceden a esta encuesta elevaban ya ese porcentaje al 65%.

Con todo la opinión que cobra más peso es la de la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, que ya hizo saber a principios de 2020 su vocación de suprimir esas monedas pequeñas que agujerean nuestras carteras y de paso las cuentas de la Unión, ya que cada céntimo emitido cuesta 1,20 euros.