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Nicolas Sarkozy niega las acusaciones de corrupción y ataca a la Fiscalía

El ex presidente francés Nicolas Sarkozy ha negado ante el tribunal que le juzga por corrupción y tráfico de influencias los delitos que se le imputan, al tiempo que ha atacado a la Fiscalía Nacional Financiera, a la que ha acusado de tejer contra él una persecución desde su salida del Elíseo.

Nicolas Sarkozy, a su llegada al juzgado en París. (Martin BUREAU/AFP)
Nicolas Sarkozy, a su llegada al juzgado en París. (Martin BUREAU/AFP)

Durante más de tres horas, Nicolas Sarkozy se ha obstinado en un tono combativo en desmontar las acusaciones sacadas a la luz en las conversaciones mantenidas con su abogado Thierry Herzog a través de un teléfono intervenido por la Policía en otra investigación, la financiación libia de su campaña electoral.

El ex presidente francés, acusado de haber prometido favores al magistrado Gilbert Azibert a cambio de su intercesión en el ‘caso Bettencourt’, ha negado haber cometido «el mínimo acto de corrupción» ni tráfico de influencias.

Ha señalado que Azibert era «un viejo amigo» de Herzog, a quien consideró «como un hermano» que le había pedido «cientos» de favores para allegados suyos cuando estaba en el Elíseo.

Buena parte del interrogatorio se ha centrado en la conversación en la que, hablando con su abogado de Azibert, se comprometió a «hacerle subir».

«Me ocuparé del asunto porque voy a Mónaco y veré al príncipe», agregaba el entonces presidente, que ante el tribunal ha insistido en que no conocía la naturaleza de esos favores.

Sarkozy ha negado haber intervenido en favor de Azibert, pero ha admitido haber podido hacerlo «no por él, por la amistad con Thierry» Herzog.

Ha asegurado que su abogado recurrió a la amistad que tenía con Azibert para conocer «el ambiente» que había en el Supremo sobre el ‘caso Bettencourt’, pero sin pedirle que intercediera y siempre con el único motivo de tranquilizar a su cliente.

«De las conversaciones se desprende que hay un acusado muy inquieto y un abogado afectuoso que quiere tranquilizarlo», ha señalado.

«Charlas informales»

Sarkozy consideró esas conversaciones con Herzog como «charlas informales» extraídas de las más de 3.600 conversaciones intervenidas y que, sacadas de contexto y «puestas unas al lado de las otras, parece que tienen una coherencia que en realidad no tienen».

El tono de Sarkozy se ha elevado al considerar que la Fiscalía Nacional Financiera, órgano creado para combatir la corrupción, se afanaba en atizar las acusaciones contra él.

«Tenía la impresión de que esa Fiscalía estaba hecha solo para mí, cada semana sacaban un caso nuevo. Pasé de ser un presidente sin tener ningún antecedente a que cada día me acusaran de una cosa nueva», se ha lamentado.

En su turno de palabra, el representante de la Fiscalía Nacional Financiera ha dicho que solo investigó a Sarkozy en dos casos y ha señalado que el expresidente mezcla las diferentes fiscalías del país.

«Nunca he cometido el menor acto de corrupción. Nunca he traficado una influencia, pretendida o real», ha clamado Sarkozy, quien ha criticado los medios colosales desplegados por la Fiscalía Nacional Financiera en la investigación y le ha acusado de haberle ocultado elementos de la pesquisa para dañar su derecho a la defensa.

A diferencia de su abogado, que se ha negado a responder a preguntas sobre las conversaciones telefónicas intervenidas por la justicia amparándose en el secreto profesional, Sarkozy no ha evitado ninguna cuestión.

Ensañamiento

El expresidente ha acusado a la Fiscalía de «ensañamiento» y ha asegurado que de no estar él implicado en el caso no habría juicio.

Se ha mostrado dolido por las conclusiones de los magistrados instructores, que concluyeron que el expresidente y su abogado utilizaron métodos de «veteranos delincuentes».

El proceso continúa este martes, cuando está previsto que la acusación haga la petición de penas.

Junto a su abogado y a Azibert, Sarkozy está acusado de delitos que pueden ser penados con hasta diez años de cárcel y 100.000 euros de multa.