Lejos quedan los tiempos en que el cine hecho en los países de la Europa del Este parecía proceder de otro planeta, porque la globalización cultural ha conseguido que la juventud hable un mismo lenguaje en todas las latitudes. Y de ello se hace eco el debutante húngaro Mihály Schwechtje, que presentó internacionalmente su ópera prima ‘Ojalá te mueras’ (2018) en el Festival de Montreal, donde fue bien acogida por la inmediatez con que capta la problemática adolescente en la era de internet.

La película puede ser vista incluso como una advertencia, un aviso a navegantes intrépidos que se aventuran en las redes sociales sin la información necesaria, en paralelo a lo que puede ocurrir con la iniciación sexual de chicas que desconocen las relaciones con los hombres y sus consecuencias. El peligro reside actualmente en que no se respeta el derecho a equivocarse, o actuar de manera ingenua y despreocupada, propio de la inexperiencia, ya que en los chats se utiliza el anonimato para ocultar la edad y las verdaderas intenciones.

Schwechtje combina el drama romántico adolescente con el thriller psicológico para retratar a una menor que quiere enamorarse, pero que se ve envuelta en una trama de engaños que la llevan por el lado más tóxico de las relaciones personales. Se trata de una chica de 16 años llamada Eszter (Szilvia Herr), de las que se encierran en su casa ante la pantalla del ordenador.

Una otaku cuya belleza, en lugar de ayudarle a socializar, le genera inseguridad por la respuesta contradictoria que despierta en los demás con su pelo morado y su aire ausente. Su conflicto nace de sus sentimientos hacia el profesor de inglés, y de no responder al interés de un compañero de clase.

Las cosa se complica cuando el docente anuncia su despedida para irse a Londres, a la vez que envía mensajes íntimos a la protagonista, dando paso al contacto online.