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Call of Duty League, cuando los videojuegos emulan a las ligas deportivas tradicionales

El Call of Duty League, torneo mundial del célebre videojuego, inicia este jueves su segunda temporada con la ambición de atraer nuevos aficionados inspirándose en grandes campeonatos deportivos como la NBA o la NFL, un modelo aún poco explorado en los e-sports.

Carátula de Black Ops Cold War, juego de la saga Call of Duty.
Carátula de Black Ops Cold War, juego de la saga Call of Duty.

Una liga cerrada, fase regular y play-offs, y doce franquicias representando a diferentes ciudades lucharán en Black Ops Cold War, la más reciente entrega de este famoso ‘personal shooter’, con el objetivo de suceder a Dallas Empire, ganador en 2020.

Las competiciones de Call of Duty, uno de los videojuegos más populares del mundo, no son recientes, pero fueron completamente renovadas el año pasado por la editorial Activision Blizzard, que se hizo cargo de la escena competitiva.

«Lo que Activision hace, inspirándose en las grandes ligas franquiciadas, es bastante único», explica la comisionada de la liga, Johanna Faries, quien trabajó para la NFL antes de migrar a los deportes electrónicos.

«Lo que nos atrajo fue la oportunidad de poder aplicar en este nuevo campo lo que tan bien funciona en las disciplinas tradicionales», agrega.

Desde su lanzamiento, los principales inversores deportivos, atraídos por este sector en auge, fueron seducidos por esta nueva fórmula, a pesar de un coste de entrada estimado en 25 millones de dólares. Es el caso, por ejemplo, de Wise Ventures, dueño de la franquicia NFL de los Minnesota Vikings, que se incorporó a la liga con su equipo Minnesota Rokkr.

Identificación con una ciudad

Pero la particularidad del torneo radica sobre todo en el hecho de que las franquicias que participan en él representan ciudades, algo poco común en los e-sports. Equipos de Londres, Los Angeles, París, Toronto, Chicago o Nueva York participan en esta competición.

«Creo que es parte del futuro de los deportes electrónicos. Inversores, socios y fans están comenzando a interesarse porque pueden unirse a un equipo que representa su ciudad natal, como en el deporte tradicional», apunta Faries. «No es lo único que explica nuestro éxito, pero es una palanca importante que nos permite atraer a una audiencia general», continúa.

«Creo que este modelo puede funcionar. Así es como funciona el deporte, y el deporte sigue siendo el modelo por ahora», secunda Nicolas Vittoz, editor en jefe de la web Dexerto, especializada en deportes electrónicos y juegos.

No obstante, matiza que «hay que hacerlo de forma lógica. Poner el nombre de la ciudad en el equipo no hace que funcione». Por ejemplo, el equipo Paris Legion tiene tres estadounidenses y un británico en sus filas, sin ningún integrante francés. «Se necesitaría al menos un jugador en el que pudiéramos concentrarnos para construir una historia alrededor del equipo. Los cuatro jugadores podrían jugar para otro equipo y sería lo mismo», lamenta.

A pesar de estas reservas y de una temporada inaugural interrumpida por el covid, este modelo innovador parece que por el momento ha encontrado su público. La final del año pasado atrajo a más de 300.000 espectadores en Youtube.