Laura Borràs volvió ayer a la carga: si hay mayoría parlamentaria independentista, se compromete a reactivar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Ya no hace falta superar el 50%, como había sostenido hasta ahora. La mayoría en escaños es bastante probable, por lo que la promesa ofrece un primer augurio: la legislatura puede empezar con una nueva bronca entre Junts y ERC a cuenta de la reactivación de una DUI que la CUP también ha calificado de «enredo» electoralista por parte de los de Puigdemont.

Nadie en Junts ha detallado en qué consiste esa reactivación, ni qué implicaciones puede tener, más allá de la enésima amenaza del Tribunal Constitucional. Junts busca el apoyo de los más convencidos y ayer encontró a la ANC, que en un posicionamiento inédito aseguró que el programa de Junts es el más parecido a su hoja de ruta.

Borràs puede acabar ganando las elecciones. En 2017 ya consiguieron dar la vuelta a las encuestas, y una baja participación favorece, a priori, a aquellos que tienen el voto más movilizado y convencido. Ya veremos. Pero incluso ganando, sería un error confundir la parte con el todo. En un escenario que sigue dividido en bloques, da la impresión de que quien gana dentro de cada uno de ellos se arroga la representatividad del bloque entero; pero a falta de la confirmación del domingo, todo indica que una mayoría de independentistas –ERC, CUP e incluso PDeCat– no es partidaria de reactivar una DUI sin antes encarar deberes pendientes –como llegar al 50%–. A tener en cuenta antes de inaugurar la legislatura con una nueva ceremonia fratricida.