Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Antes del orgullo gay en Irlanda

Eddie (Fionn O'Shea) y Amber (Lola Petticrew) fingen ser pareja. (NAIZ)
Eddie (Fionn O'Shea) y Amber (Lola Petticrew) fingen ser pareja. (NAIZ)

DATING AMBER
Irlanda. 2020. 92’ Dir. y guion.: David Freyne. Prod.: Rachael O’Kane y John Keville. Int.: Lola Petticrew, Fionn O’Shea, Sharon Horgan, Barry Ward, Simone Kirby, Ian O’Reilly, Lauryn Canny, Ally Ni Chaiarain. Fot.: Ruairí O’Brien. Mús.: Hugh Drumm y Stephen Rennicks. Mont.: Joe Sawyer.
Dir. Art.: Neill Treacy. Vest.: Joan O’Clery.

El irlandés David Freyne ha sorprendido con su segundo largometraje, porque no tiene nada que ver con su ópera prima ‘The Cured’ (2017), que era una película de terror zombi. En ‘Dating Amber’ (2020) ha tirado de recuerdos de juventud y de experiencias autobiográficas para componer un retrato sobre la homosexualidad en la Irlanda de los 90, cuando le tocó pasar por los cuarteles militares de Kildare. Al Eddie (Fionn O’Shea) también le lleva la presión paterna a entrenarse con los cadetes del ejército. En cambio, su compañera de clase Amber (Lola Petticrew) sabe mejor lo que quiere, y por eso en cuanto tiene oportunidad se marcha a Dublin a vivir su sexualidad con libertad, lejos de las habladurías del pueblo.

En Irlanda solo habían transcurrido dos años desde la despenalización de la homosexualidad, y todavía la sociedad local no estaba preparada para aceptar el cambio. Basta con aclarar que el tiempo de la película coincide con los debates televisivos de la época sobre la legalización del divorcio en un país católico, por lo que se entiende que este chico y esta chica no lo tuvieran nada fácil para ejercer su verdadera orientación sexual.

Ni corta ni perezosa, Amber propone a Eddie que en el instituto aparenten ser una pareja hetero, sin que él en principio sepa muy bien cómo comportarse. Tan embarazosa situación es vista con sentido del humor, dentro de los esquemas frescos de la comedia estudiantil y romántica. El reflejo del ambiente de mediados de los 90 es muy fiel a la época, pero con divertidos toques surrealistas.

Las escenas retrospectivas sobre educación sexual, aunque no haya pasado tanto tiempo, hoy en día se ven ridículas. Los esfuerzos de una monja por hacer comprender al alumnado lo que ya saben de primera mano, siendo ella virgen y estando casada con Dios, caen en lo más grotesco.