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Londres

Evacuado el último militante anti-TAV tras un mes en un túnel clandestino en Londres

El último de la decena de militantes ecologistas que se encerraron a finales de enero en un túnel clandestino en Londres para protestar contra la construcción de la línea de alta velocidad HS2 ha sido evacuado este viernes, según ha anunciado la compañía encargada de ejecutar el proyecto.

Agentes de Policía tapan con lonas el acceso a los túneles excavados por activistas ecologistas cerca de la estación londinense de Euston. (Tolga Akmen | AFP)
Agentes de Policía tapan con lonas el acceso a los túneles excavados por activistas ecologistas cerca de la estación londinense de Euston. (Tolga Akmen | AFP)

Desde un túnel excavado junto a la estación londinense de Euston, donde se desarrollan los trabajos de la línea High Speed Two, varios activistas denunciaban la ampliación de esta polémica línea de alta velocidad que tiene previsto dar servicio al centro y el norte de Inglaterra.

«HS2 ha recuperado ya la plena posesión de los jardines de Euston Square, después de haber evacuado a las nueve personas que se habían introducido ilegalmente en los túneles subterráneos», ha señalado la empresa constructora en un comunicado.

Según la agencia británica PA, el último manifestante fue trasladado en ambulancia mientras una multitud gritaba ‘Te amamos Bradley’. El activista estaba oculto tras una lona y solo se veían sus dedos formando el signo de «paz».

Procesados por obstrucción

Por otro lado, tres activistas que fueron arrestados el jueves –entre ellos el veterano Daniel Hooper, conocido como Swampy, y la joven Blue Sandford, de 18 años, a la que apodan la Greta Thunberg británica– han comparecido este mismo viernes ante un tribunal londinense.

Acusados del delito de obstrucción a una actividad legalmente autorizada, han sido puestos en libertad bajo fianza al concluir la audiencia y tendrán que comparecer de nuevo el 20 de julio.

Presupuesto astronómico e impacto ambiental

La faraónica obra del HS2 es contestada tanto por su coste astronómico –que podría sobrepasar los 100.000 millones de libras (unos 112.500 millones de euros)– como por sus repetidos retrasos y su potencial daño medioambiental.

Sus opositores señalan que las obras del proyecto, que se iniciaron el pasado año, destruirán un vetusto bosque y que el proyecto pone en entredicho los esfuerzos del país para alcanzar sus objetivos climáticos.

El Gobierno británico, por su parte, asegura que el HS2 romperá el aislamiento de algunas regiones. Y, pese a la fuerte oposición suscitada, el Ministerio de Transportes anunció el 11 de febrero que había aprobado su ampliación hacia el noroeste de Inglaterra.

Esta será la segunda línea ferroviaria de alta velocidad en Gran Bretaña después de la HS1, que es la que utiliza el Eurostar para enlazar Londres con el Estado francés, Bélgica y Países Bajos.