Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Alemania también investigó a Saddam

Cartel para la Berlinale con el título original en clave de ‘Curveball’. (NAIZ)
Cartel para la Berlinale con el título original en clave de ‘Curveball’. (NAIZ)

GUERRA DE MENTIRAS
Alemania. 2020. 108’
Tit. orig.: ‘Curveball’. Dtor.: Johannes Naber. Guion: Johannes Naber y Oliver Keidel. Prod.: Christia Springer, Amir Hamz y Fahri Yardim/ Bon Voyage Films. Int.: Sebastian Blomberg, Vriginia Kull, Dar Salim, Michael Wittenborn, Thorsten Merten, Franziska Brademeier, Marcus Calvin, Jeff Burrell, Simon Kerrison. Fot.: Sten Mende. Mont.: Anne Jünemann. Dec.: Adam Aguidi.

Presentado en la Berlinale, el cuarto largometraje de Johannes Naber pone en el disparadero la participación alemana en la invasión de Irak, centrándose en la posterior guerra de información librada para encontrar cualquier resquicio que sirviera para demostrar, a falta de pruebas reales de la supuesta fabricación de armas de destrucción masiva por parte de Saddam Hussein, la existencia de investigaciones con elementos bioquímicos al servicio bélico, como las esporas de ántrax. En ese punto histórico de todo lo sucedido desde 2003, presente en la película con material de archivo relativo a las intervenciones de George W. Bush, Donald Rumsfeld, Colin Powell, Joschka Fischer o Gehrard Schröeder, el autor aprovecha para ridiculizar el complejo de inferioridad del BND, servicio de inteligencia federal alemán, con respecto a la CIA, al quererse apuntar un tanto ante la ONU y el mundo occidental.

El medio para resarcirse de tantos años de ir a la cola del espionaje internacional es el supuesto hallazgo de un informador dispuesto a testificar sobre su participación en experimentos secretos iraquíes. Se aviene a decir lo que tanto quieren escuchar a cambio de que el BND le consiga el permiso de residencia y un sueldo fijo por parte del estado, bajo la protección del nombre en clave de Curveball, que se corresponde con el título de la versión original.

Pronto se podrá comprobar lo poco fiable del testigo, lo que da pie a una sátira política cargada de humor negro, sobre el modus operandi en las cloacas del gobierno germano. Pero Johannes Naber no desperdicia la oportunidad de introducir otros géneros, con un oscuro retrato de personajes a la sombra del poder a lo John Le Carré, o también con escenas de acción bondianas como la trepidante persecución en trineo. En el reparto destaca Dar Salim en el papel del informador Rafid Alwan.