Ane Iparragirre

Boinas La Encartada, una joya de la revolución industrial

Durante un siglo manipuló la lana para producir diversos artículos, entre ellos sus famosas boinas, y actualmente exhibe su maquinaria originaria casi intacta. Por eso Boinas La Encartada se halla entre los museos industriales más reconocidos de Euskal Herria. Una joya de la Bizkaia industrial.

Una de las máquinas conservadas.
Una de las máquinas conservadas.

Una antigua fábrica textil del siglo XIX convertida en museo industrial. Eso es Boinas La Encartada, una auténtica joya de la revolución industrial que se enorgullece de conservar prácticamente intacta su maquinaria original y poder ofrecer, por lo tanto, un curioso viaje al pasado, concretamente a la época dorada de la industria en Bizkaia. Entre las piezas de la colección tecnológica que conserva el museo destacan una turbina de 1910, selfactina de 1892, y algunos telares jacard de 1907.

Hasta que cerró definitivamente, en 1992, la fábrica La Encartada SA se dedicó desde su fundación, en 1892, a la manipulación de la lana; por lo tanto, estuvo activa durante un siglo produciendo artículos diversos: boinas –su producto estrella– mantas y paños, guantes, bufandas, viseras, madejas, ovillos...

Un pequeño barrio obrero

Todo comenzó cuando cinco emigrantes vizcaínos –tres de ellos originarios de Balmaseda– que hicieron fortuna en México decidieron levantar la fábrica, que, con el paso de los años, fue ampliando sus instalaciones hasta llegar a construir a su alrededor un pequeño barrio obrero con casas e incluso con una capilla que se convertía por momentos en escuela.

Todo el conjunto se considera hoy un tesoro industrial, pero lo más llamativo y más valorado en algunos sectores es su excepcional colección de maquinaria, en su mayor parte inglesa, de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Además de llegar hasta la actualidad en perfecto estado de conservación, el museo mantiene al completo todos y cada uno de los elementos del proceso productivo integral original, desde la recepción de la materia prima en crudo hasta el proceso de empaquetado y expedición.

En situaciones de normalidad, el museo ofrece visitas con demostraciones en las que el visitante puede comprobar que más de la mitad de las máquinas funcionan a la perfección.