La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha vinculado el ERE y el ERTE aplicado por la dirección de Tubacex a las dificultades que atraviesas el sector de los hidrocarburos.

«No es un problema coyuntural de la pandemia, es un problema al que la pandemia ha llevado a acelerar su situación complicada», ha manifestado, y ha abogado por la «diversificación». «Tenemos que pensar en el medio-largo plazo», ha apuntado. 

En este sentido, ha defendido la puesta en marcha del Energy Intelligence Center, «centrado en empresas que se dedican al Oil&Gas y que tienen que diversificar y trabajar, por ejemplo, en el sector del hidrógeno».

Tapia ha pronunciado estas palabras en el pleno de control del Parlamento, donde ha respondido a las preguntas formuladas por Eba Blanco, de EH Bildu.

La parlamentaria soberanista ha advertido de que Tubacex trabaja en un sector «cíclico, hay años en los que tiene muchas ganancias y otros en los que tiene pérdidas»; y ha destacado que «no se puede responder a una situación generada por la crisis del covid con despidos».

«Y un gobierno que dice preocuparse por un empleo decente y por una política industrial seria no puede responder a una situación como esta desde la inhibición, el alineamiento incondicional con las tesis de la empresa y la acción policial», ha añadido antes de alertar de la grave situación de Aiaraldea, una cuadrilla que «se muere».

«Tubacex es una de las empresas tractoras de la comarca, y a eso hay que añadir el cierre de Valvospain con otras 80 personas despedidas y las emprseas auxiliares y los autónomos que se verán afectadas. Se están viviendo auténticos dramas personales y familiares», ha aseverado.

«Injusticia clara y notoria»

Esta dura realidad la conocen de primera mano los representantes del comité de empresa de Tubacex, que han comparecido ante los medios de comunicación tras escuchar la intervención de Tapia.

Según han explicado Eduardo Ibernia y Joseba Terreros, se está produciendo una «injusticia clara y notoria», ya que la dirección ha optado por responder con medidas estructurales a lo que ellos consideran una crisis coyuntural.

«Por mucho que Arantxa Tapia haya dicho que esto se veía venir, eso es mentira. La dirección decía que íbamos en buena linea y que casualidad que se ha roto todo cuando ha venido la pandemia», ha señalado Ibernia, que ha alertado de la posible deslocalización de la empresa.

Los representantes del comité han pedido la ayuda del Ejecutivo para evitar esta situación, «un compromiso de pelear por todo y cada uno de los puestos de trabajo», porque los despidos «suponen el empobrecimiento de una comarca ya debilitada como es Aiaraldea, y el empobrecimiento de un país como Euskal Herria».

Antes de finalizar, se han dirigido a las 129 personas que perderán su trabajo a consecuencia del ERE. «Es un día triste pero el sentir de la plantilla nos hace pensar que la vuelta será con todos y todas ellas, objetivo que no abandonamos y por el que vamos a luchar», han destacado.

La sesión ha estado precedida por cargas de la Ertzaintza ante la protesta de los trabajadores en el exterior.