La red de oficinas de Alexei Navalny en Rusia ha sido declarada como «extremista y terrorista» por el supervisor financiero ruso, una medida que no implica la prohibición total del movimiento político del opositor que exige la Fiscalía en un proceso judicial separado, aunque sí restringe sus actividades financieras.

El equipo del opositor señala que las ‘Oficinas de Navalny’, incluidas en la lista del regulador bajo el número 461, no existen en el papel como una organización jurídica y tampoco se ha emitido un veredicto judicial que apoye la decisión de Rosfinmonitoring.

El pasado lunes, la Fiscalía de Moscú suspendió las actividades de las oficinas del opositor a la espera de que un tribunal declare «extremista» a la red y otras organizaciones de Navalny, como el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK) y el Fondo para la Protección de los Derechos de los Ciudadanos (FZPG).

Eso después de que anunciara el 16 de abril que llevó a cabo una inspección de las organizaciones de Navalny y concluyó que «los objetivos reales de sus actividades son crear las condiciones para revertir los cimientos del orden constitucional». Por ello, ha solicitado al juez que declare «extremistas» tanto al movimiento político del opositor como los dos fondos. La vista judicial sobre el mérito del caso se celebrará el 17 de mayo.

A su vez, la red de oficinas de Navalny, que cumple una pena de cárcel de dos años y medio, anunció la víspera su disolución oficial para protegerse.

«Continuar el trabajo de la red de oficinas de Navalny en su condición actual es imposible: inmediatamente será sancionado por extremismo, lo que supondrá penas de cárcel para los que trabajan y colaboran con ella», afirmó el jefe de la sede del opositor, Leonid Volkov.