Elordi-Garmendia y Alberdi-Salaverri disputarán el sábado en el Adarraga una final del Parejas de Promoción de pronóstico incierto, en el que la experiencia de un Aitor Elordi que afronta su quinta final de la categoría –jugará su tercera consecutiva tras caer en el mano a mano y calarse la txapela en el cuatro y medio– se enfrentará al gran momento de juego de Alberdi-Salaverri. Los de Baiko sufrieron en la primera fase, donde fueron quintos, pero fueron los primeros en obtener el pase a la final tras ganar los dos primeros partidos de la liguilla de semifinales, el primero de ellos (18-22 en Azkoitia) ante sus próximos rivales.

El delantero mallabitarra reconoce que «la experiencia de jugar finales te sirve para saber cómo afrontar los días previos. Estamos muy motivados porque después de un campeonato tan largo y con tantos altibajos llegar a una final es muy ilusionante». Eso sí, en un alarde de sinceridad, ha reconocido que «las sensaciones que tenía al comienzo del campeonato eran mejores que las de ahora. Pero aunque no esté en el mejor punto, sigo teniendo buenas sensaciones».


Es el caso inverso de un Rubén Salaverri que, tras quedarse a las puertas de la txapela en dos ocasiones, alcanza esta final en una clara trayectoria ascendente. «Sí que es verdad que ahora la pelota me sale rápida con la derecha, tengo mucha confianza, estoy en un momento muy bueno y a ver si el sábado conseguimos seguir en la misma trayectoria», ha declarado tras una elección sin queja alguna. «Tenemos claro más o menso como vamos a jugar, cargaremos el partid atrás todo lo que podamos para que Jon pueda coger pelota clara adelante. Va a ser un partido duro, intentaremos evitar a Elordi, que no tenga opciones claras», ha avanzado.


Obligado a arriesgar


Eso sí, a pesar de reconocer que el mallabitarra es una de las mayores referencias de la categoría, el azpeitiarra Jon Alberdi, en su segunda final, tiene claro que ha de ser valiente. «Habrá que arriesgar, Aitor le pone mucho ritmo al partido, pero el frontis del Adarraga tiene una característica que es que la pelota no sale mucho y, cuando tenga oportunidad, tendré que arriesgar, porque solo cargando atrás será complicado que Beñat falle».


El beasaindarra Garmendia es el único que se estrena en este tipo de partidos. «Jugar una final en aficionados y en profesionales es diferente. Ahora se nota otra tensión. Todos queríamos llegar aquí. Cuando juegas en aficionados tu ilusión es debutar en profesionales y, ahora que he llegado, sería una gran hazaña conseguir la txapela».