Ramón Sola

Reabierta la investigación penal a Urchueguía por prevaricación y malversación en Somoto

La Audiencia de Gipuzkoa reabre la investigación contra la exalcaldesa de Lasarte-Oria Ana Urchueguía (PSE) por presuntos delitos de prevaricación y malversación con ayudas a la cooperación. Lo ha logrado la acción popular impulsada por Pablo Barrio, ex primer edil de EH Bildu.

Ana Urchueguía, cuando declaró sobre el caso en el Parlamento de Gasteiz, en 2011. (Raúl BOGAJO | FOKU)
Ana Urchueguía, cuando declaró sobre el caso en el Parlamento de Gasteiz, en 2011. (Raúl BOGAJO | FOKU)

La que fuera alcaldesa de Lasarte-Oria por el PSE durante 25 años (hasta 2010), Ana Urchueguía, volverá a tener que responder en los tribunales por la gestión de ayudas a la cooperación en Somoto (Nicaragua). El caso fue sobreseído en febrero del año pasado por el tribunal de instrucción, argumentando sobre todo la falta de colaboración judicial del país centroamericano, pero la Audiencia de Gipuzkoa ha ordenado reabrirlo ahora. La resolución ha sido tomada este lunes.

Ha sido a instancias de la acción popular impulsada en 2016 por quien fue su sucesor en la Alcaldía en 2011, Pablo Barrio (EH Bildu). Y que está representada por el abogado Miguel Castells, que en esa legislatura 2011-15 había defendido los intereses del Ayuntamiento. Entre medio, en 2015 la Alcaldía pasó a manos del PSE, concretamente de Jesús Zeballos, con que lo cambió el enfoque del Ayuntamiento sobre el asunto, lo que derivó en un conflicto con el letrado en el que el Colegio de Abogados amparó a Castells.

El Ayuntamiento de Lasarte-Oria, que ahora lidera Agustín Valdivia (PSE), también había recurrido contra el cierre del caso junto a la acción popular, aunque con menos argumentaciones.

Para refrescar el asunto, hay que recordar que la querella fue presentada por el Consistorio en 2014, ocho años después de que vecinos de Somoto dieran la voz de alarma sobre la gestión de esos fondos (dos millones de euros en total). Para entonces Urchueguía ya había sido investigada por Fiscalía y Hacienda y había tenido que dar explicaciones en el Parlamento de Gasteiz. En el marco de esta denuncia se conoció que la exalcaldesa tenía allí seis propiedades, entre ellas una finca de un millón de metros cuadrados.

Los indicios

La causa judicial se atiene no obstante a las irregularidades aparecidas en la gestión de los fondos. En este auto de reapertura, la Audiencia de Gipuzkoa da por buenos indicios como la falta de personalidad jurídica de la Oficina de Hermanamiento Lasarte-Oria Somoto (OHLOS), algo de lo que la propia Urchueguía dijo ser consciente en su declaración en el juzgado pero que no fue obstáculo para que se le traspasara el dinero público. También destaca que la entonces alcaldesa facultó a los empleados de esta oficina abrir cuentas a las que se remitían los fondos. Y que no hubo un control de los mismos, puesto que Ana Urchueguía se había arrogado la gestión personal del asunto, que ejecutó vía decretos.

Con ello el tribunal superior enmienda al de instrucción y da la razón al recurso de la acción popular impulsada por Pablo Barrio. En el mismo se destaca que OHLOS no podía recibir subvenciones de este tipo porque no era una agrupación facultada para ello sino «una oficina con personas asalariadas»; se detallan «graves incumplimientos en la función de verificación y justificación que [Urchueguía] había asumido en exclusiva; se destaca la compra de un inmueble en Somoto «sin resolución municipal alguna»; y se concluye que fondos municipales fueron derivados a «fines privados».

La Fiscalía se posicionó contra la admisión de este recurso, y por tanto en favor de mantener el sobreseimiento, con el argumento de falta de elementos suficientes, pero admitiendo a la vez que ello obedece a un factor técnico: la falta de documentos solicitados a Nicaragua varias veces mediante comisión rogatoria y que no se han facilitado hasta la fecha. La defensa de Urchueguía, por su parte, se escudaba en factores como la falta de investigación en el primer momento.

La Audiencia de Gipuzkoa ha terminado estableciendo que la investigación debe reactivarse, de modo que el caso vuelve a escena quince años después de las primeras revelaciones en Somoto.