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200 firmas para una tribuna en ‘Le Monde’ que apela a proteger las lenguas minoritarias

Será el vierners cuando el Consejo Constitucional se pronuncie sobre el recurso presentado por 61 diputados de la mayoría macronista contra la llamada Ley Molac. 200 personalidades se han pronunciado en favor de la norma a iniciativa del escritor Erik Orsenna, miembro de la Academia francesa.

Movilización el miércoles en Baiona, para reclamar el derecho de pasar los exámenes en euskara. (Bob EDME)
Movilización el miércoles en Baiona, para reclamar el derecho de pasar los exámenes en euskara. (Bob EDME)

Escritor y licenciado en Ciencias Políticas, Erik Orsena –nombre de batalla de Eric Arnoult– es el impulsor de la columna publicada en ‘Le Monde’ con el apoyo de 200 personalidades Llega en vísperas de que, este viernes, 21 de mayo, el Consejo Constitucional dé a conocer su decisión en relación al recurso presentado por 61 diputados de la mayoría macronista contra la llamada Ley Molac.

En ese artículo el colectivo de los 200 remarca que «es responsabilidad de los poderes públicos salvaguardar y promover nuestras lenguas regionales», una aseveración de partida con la que se sitúan en una posición frontalmente contraria a esos diputados que, instigados desde el propio Ministerio francés de Educación, optaron por elevar su queja al Constitucional después de que su posición política saliera perdiendo en el debate en la Asamblea Nacional, cámara que adoptó el 8 de abril esa norma que lleva la firma del diputado bretón y defensor infatigable de las minoritarias, Paul Molac.

«Rica en diversidad por los territorios que la componen, Francia cuenta con 75 lenguas llamadas regionales. Factor de división para algunos, ese número importante de lenguas tiene para nosotros otra acepción: el de la increíble riqueza para la humanidad que alberga nuestro país, en gran medida subestimada cuando no abandonada», expresan en ese artículo esas 200 personalidades.

«Francia no llega a dar su justo valor a ese tesoro nacional hoy en peligro, ya que, a diferencia del francés, todas esas lenguas figuran en gran riesgo de extinción y por por lo tanto de desaparición, según la clasificación de la Unesco» añaden los firmantes para referirse luego a las consecuencias que tiene para las lenguas minorizadas el propio sistema político e institucional francés.

«La democracia más centralista del mundo»

«Nuestra República se ha construido al cabo del tiempo según un modelo centralizado y unitario jacobino, hasta el punto de que Francia es hoy una de las democracias más centralizadas del mundo» expresan, para recodar que «ese modelo ha llevado a la construcción de una unidad nacional, a través, precisamente de la imposición en exclusiva del uso del francés en la esfera pública».

Los firmantes no obvian señalar el alto precio que se ha pagado a causa de esa política, con menciones explícitas a los castigos en las escuelas a niños-as que «persistían en hablar en su lengua» o la cadena de desprecios cuando no de prohibiciones que han acompañado a ese proceso de uniformización lingüística.

Fruto de todo ello, según indican, «para muchos franceses hoy se trata de la lengua que hablaban sus padres o de sus abuelos». Y advierten de que «cuando las lenguas no se trasmiten una parte de nuestra identidad y de nuestra visión del mundo desaparece».

Adoptada por 247 votos a favor y 76 en contra, la Ley Molac es objeto de defensa expresa por parte de los firmantes que atribuyen al «clan de los jacobinos» a cuya cabeza sitúan a Emmanuel Macron, la decisión de  activar una vía de recurso al Consejo Constitucional a la que muestran su más firme oposición.

La tribuna en ‘Le Monde’ sigue a otros posicionamientos y debates en medios como “Le Figaro” y otros en que se ha dado voz a los defensores de la Ley Molac, al calor de informaciones en las que se recogen las presiones y maniobras del gabinete del ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, para tratar de revertir su derrota en la Asamblea Nacional con un posicionamiento del Consejo Constitucional.