Mikel Zubimendi
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Patrimonio de la Humanidad «en peligro», crece la lista y la discordia

Reunido a mediados de julio en China, el Comité de Patrimonio de la Unesco decidirá qué sitios van a ser retirados y cuáles inscritos en su lista. Las recomendaciones, especialmente con el puerto de Liverpool y la Gran Barrera de Coral australiana, han tenido respuesta inmediata.

Barrera de coral en Australia. (Sarah LAI / AFP)
Barrera de coral en Australia. (Sarah LAI / AFP)

La Gran Barrera de Coral australiana, el puerto viejo de Liverpool, la ciudad de Venecia, el casco viejo de Budapest… no le van a faltar temas delicados al Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco que se reúne telemáticamente en julio para examinar los dossieres de 2021 y los que quedaron pendientes de 2020. Además de los cuarenta y cuatro nuevos lugares que buscan su inclusión en la Lista del Patrimonio de la Humanidad, la reunión del 16 al 31 de julio, presidida desde Fuzhou (China) por el viceministro de Educación chino Tian Xuejun, también debe pronunciarse sobre una decena de temas espinosos: retirar de la lista o incluir en la lista a lugares en peligro, recomendados por el Comité del Patrimonio y otros órganos consultivos de la Unesco.
 
En última instancia, sin embargo, el Comité de Patrimonio «tomará libremente su decisión», pudiendo decidir aplazarla durante un año, por ejemplo, o cambiarla en base a las recomendaciones que ha recibido, según ha declarado Mechtild Rössler, director del Centro de Patrimonio.

Retirada de la lista

Hay que recordar que la medida, retirar a un lugar de la Lista de Patrimonio de la Humanidad, es extremadamente rara. Pero bien podría afectar a Liverpool, en el Reino Unido, y a Selous, una reserva natural en Tanzania. Solo dos sitios ya han sido objeto de tal retirada: el santuario del oryx árabe en Omán en 2007 y el valle del Elba en Dresde (Alemania) en 2009.

Liverpool fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2004 como «el ejemplo supremo de puerto comercial en el momento de mayor influencia mundial de Gran Bretaña». Por su carácter emblemático de la era industrial, ya figuraba en la lista de patrimonio en peligro desde 2012 debido a proyectos de urbanismo, y en particular el ‘Liverpool Waters Project’ que para la Unesco amenaza su integridad y autenticidad, así como un proyecto reciente de un nuevo estadio de fútbol. Haciendo oídos sordos a las recomendaciones y alertas, «el puerto se ha deteriorado hasta el punto de perder las características que determinaron su inscripción en la Lista del Patrimonio de la Humanidad... y no se han tomado las medidas correctoras necesarias», apunta el informe.

En el caso de la reserva natural de Selous (Tanzania), inscrita desde 2014 en la lista de patrimonio en peligro, los expertos consideran que su «valor universal excepcional» está irreversiblemente dañado y la integridad del sitio definitivamente comprometida, después de años de caza furtiva masiva, deforestación y construcción (represa y central eléctrica en medio de la reserva, caminos, etc.), resultando en la pérdida de vegetación, biodiversidad y animales salvajes, especialmente los elefantes.

Patrimonio en peligro

En relación a los sitios que se proponen incluir en la lista de patrimonio en peligro, además de las ciudades europeas de Venecia y Budapest, podemos encontrarnos al valle de Katmandú (Nepal), patrimonio de la humanidad desde 1979, en el que el «desarrollo urbano descontrolado» ha traído la pérdida de un hábitat tradicional; o el ‘Complejo WAP’, tres parques naturales, W, Arly y Pendjari, que se extienden entre tres países: Níger, Burkina Faso, Benin, un área considerada de alto riesgo por el yihadismo y no recomendada para viajar por la mayoría de las cancillerías. «El principal desafío sigue siendo el deterioro de la situación de seguridad en la región», señalan los órganos asesores la Unesco. También están la región de Ohrid (Albania/Macedonia del Norte) donde el desarrollo económico y demográfico a lo largo de los años ha «erosionado la autenticidad e integridad de su patrimonio natural y cultural» o los volcanes de Kamtchatka.

Quizá la más polémica, y ante la cual el gobierno australiano ha anunciado que impugnará, es la decisión de la Unesco de recomendar que se incluya a la Gran Barrera de Coral, el mayor sistema coralino del mundo, en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro. Según la  organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el gobierno australiano debe adoptar compromisos «más fuertes y claros» para protegerla, principalmente del cambio climático. «Pero también para acelerar las mejoras de la calidad del agua y las medidas para gestionar las tierras. Los efectos extendidos de los blanqueamientos consecutivos de corales aumentan aun más las preocupaciones respecto al futuro de la zona», precisa la recomendación de la Unesco.

La Gran Barrera, que se extiende a lo largo de 2.300 kilómetros frente a la costa nororiental de Australia, es hogar de 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos. Tras conocerse la noticia, el Ejecutivo de Camberra avisó que se «opondrá fuertemente a al borrador» y expresó su «preocupación sobre el desvío del proceso normal en la evaluación del estatus de la conservación y la falta de consulta adecuadas». Y reivindicó a los cuatro vientos que tienen «el arrecife mejor gestionado del mundo».

Cruce de mensajes

Pero tampoco es que la Unesco haya descubierto la pólvora. Sin ir más lejos, el pasado diciembre, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza indicó que la Gran Barrera ha pasado de estar en situación de «preocupación significante» a «crítica», la peor calificación de conservación. Además, un año antes, la Autoridad de la Gran Barrera había rebajado la calificación sobre la salud de este ecosistema de «pobre» a «muy pobre», y advirtió que los objetivos para mejorar la calidad del agua del plan gubernamental, que se extiende hasta 2050, no se han cumplido.

Pero en relación al puerto de Liverpool, la decisión de la Unesco es quizá más contundente, ya que implica la eliminación total del sitio del Patrimonio Mundial. ‘Liverpool Waters’, el gran proyecto de desarrollo de los muelles de la ciudad de los Beatles, considerado por algunos como el motor del renacimiento de la ciudad, ha tenido un impacto profundamente negativo, en particular para los edificios históricos. A pesar de reiteradas advertencias, el desarrollo de este proyecto nunca se ha ralentizado.

El alcalde de Liverpool, Steve Rotheram, ha lamentado esta propuesta. «Es profundamente decepcionante. Estamos orgullosos de nuestra historia, pero nuestra herencia es una parte vital de la revitalización». Y le ha pedido públicamente a la Unesco que acepte su invitación para venir a visitar la ciudad en lugar de tomar su decisión «en una mesa al otro lado del planeta». El alcalde critica a la Unesco por querer enfrentar a su ciudad a una opción binaria «entre mantener el estatus de patrimonio o regenerar las comunidades dejadas atrás».

De hecho, no han faltado amenazas veladas contra la Unesco: tiene que reflexionar sobre los riesgos para sí misma al eliminar Liverpool. Si lo hace, la ciudad sufrirá algunos daños a la reputación a corto plazo. Pero a largo plazo, sus perspectivas económicas y culturales no se verían dramáticamente afectadas. Sin embargo, avisan a la Unesco que «podría sufrir serios daños en su reputación».