La portavoz del Govern, Patricia Plaja, ha sostenido este martes que el Gobierno español no puede mirar hacia otro lado en el caso del Tribunal de Cuentas, que afecta a excargos de la Generalitat: «Esperamos que, además de tomar nota, trabaje en una solución».

Lo ha dicho en rueda de prensa tras el Consell Executiu, en la que ha avanzado que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, trasladará este asunto a Sánchez en la reunión de esta misma tarde en La Moncloa. «Esperamos pasos del Gobierno en este caso», ha insistido.

Plaja ha garantizado que la Generalitat hará una «oposición frontal» a este caso del Tribunal de Cuentas, que cree que hace referencia a unos delitos inexistentes que no han perjudicado a la administración y que forma parte de una ola represiva contra el independentismo, según ella.

Ha destacado que por ahora no se ha hecho efectivo ningún pago y ningún embargo, y ha insistido en que la Generalitat no se considera perjudicada, «y es por eso que se opone frontalmente a que se pague este dinero», después de que el Tribunal de Cuentas haya fijado en 5,4 millones la responsabilidad contable que se reclama a los excargos afectados.

Antes de la reunión con Pedro Sánchez en la Moncloa, el president Pere Aragonès ha advertido de que «es tiempo de acción y no de renuncias», y ha defendido la necesidad de reactivar el diálogo con el Gobierno.

Aragonès también ha criticado las fianzas que reclama el Tribunal de Cuentas a decenas de cargos y excargos de la Generalitat y ha expresado el apoyo del Govern a todos los afectados.

«El ensañamiento del Tribunal de Cuentas es una aberración. Una más. Desde el Govern mostramos todo el apoyo a los compañeros afectados. Trabajamos por acompañaros en el proceso que hoy se abre. Nada nos detendrá», ha añadido.

«Franquismo de fondo y de forma»

Por su parte, el president Carles Puigdemont ha criticado que el Tribunal de Cuentas haya fijado provisionalmente en casi 2 millones de euros la responsabilidad contable inicial que le reclama, y ha reprochado que su abogado tenga tres horas para leer el informe y 10 minutos para hacer las alegaciones.

«Ahora mismo, Gonzalo Boye tiene solo tres horas para leer 504 páginas del informe de la inquisición española llamada Tribunal de Cuentas, y después solo tendrá 10 minutos para hacer las alegaciones, independientemente del número de personas a quien defienda. Franquismo de fondo y de forma», ha afirmado en Twitter.

Tras presentar alegaciones al informe del Tribunal de Cuentas, Gonzalo Boye ha dicho que el procedimiento tiene deficiencias, como la carencia de suplicatorio al Europarlamento.

Boye ha indicado que «se les olvidó el suplicatorio» de un eurodiputado en la instrucción de este caso, uno de los motivos por los que se reservarán acciones ante otras jurisdicciones, aunque también plantearán recursos al informe de liquidación definitivo que se dicte este miércoles, sin esperanza de que prosperen.

Por su parte, el expresident Artur Mas ha acusado este martes al Estado de buscar «la muerte política y civil de determinadas personas por defender unas determinadas ideas» a través del Tribunal de Cuentas, que a su juicio actúa con un abuso de poder.