Familiares y amigos de Lucio Urtubia Jiménez le han homenajeado este sábado en el pueblo donde nació el 18 de febrero de 1931. El acto de agradecimiento al referente anarquista se ha celebrado al mediodía, en el Parque del Romero, justo en la víspera del primer aniversario de su fallecimiento el 18 de julio de 2020, a los 89 años, en París.

Los testimonios de personas cercanas, tanto de Cascante como de París, han servido para realizar una semblanza de la trepidante trayectoria de Lucio Urtubia, destacando su aspecto humano. Así han relatado a NAIZ las organizadoras del evento, en el que, según han indicado, han participado unas 200 personas.

El anarquista que nació en 1931 en Cascante y falleció hace un año en París vivió una vida de película. Tanto es así que sus andanzas están recogidas en un documental, libros, una obra de teatro, un cómic y numerosos reportajes de prensa.

Algunos de los autores y editores de estas obras han estado presentes en el homenaje. Es el caso de Jose Mari Esparza, de la editorial Txalaparta, con la que Urtubia publicó sus dos libros. Mikel Santos Belatz, que dibujó su vida más íntima y cotidiana en el cómic ‘El tesoro de Lucio’ finalmente no ha podido acudir pero ha enviado un audio.

También ha acudido el cineasta Jose Mari Goenaga, director del documental ‘Lucio’ junto con Aitor Arregi. Como curiosidad, Arregi tenía planes de acudir, pero se ha perdido en el camino.

Muchos amigos, no por casualidad

Albañil de oficio, uno de sus lemas era «hay que pelear, porque las cosas no caen del cielo». Sus amigas y amigos son muchas, y no por casualidad. Entre ellas, la artista interdisciplinar Esther Ferrer, Premio Nacional español de Artes Plásticas, que ha preparado un audio para la ocasión; la Chula Potra, la rapera iruindarra que confesó en más de una ocasión estar enamorada del anarquista navarro y que ha llenado de música el parque; y Eduardo Córdoba y Patxi Tuñón, quienes coincidieron con el anarquista en la Comuna de París de Louise Michel. El abogado Pepe Uruñuela ha hecho las labores de presentador.

Han intervenido, asimismo, dos expresas del comité de apoyo presos a quienes Urtubia ayudó; personas del mundo anarquista y de la cultura, como los músicos Marco y Nekane, que vivieron en casa del cascantino en París y han ofrecido una actuación.

Han escuchado la canción de la comuna de París, cantada por Urtubia, y han terminado cantando la mítica ‘A las barricadas’.

El «Bandido bueno»

El luchador cascantino hizo las maletas cuando era muy joven para escapar de la mili franquista, y en 1954 se desplazó hasta París, que ha sido su campo base hasta su fallecimiento. Su acto más conocido fue la estafa a través de unas falsificaciones que le coló al banco conocido entonces como First National Bank, ahora Citybank. El dinero (20 millones de euros de la época) lo invirtió en su causa y le valió el apodo de «Bandido bueno» y el de «Zorro vasco».

Se casó, tuvo dos hijas, y su casa a orillas del Sena fue lugar de encuentro y espacio abierto para creadores culturales. «Mi riqueza es que la gente venga a mi casa», solía decir. A lo largo de su vida se codeó con numerosas personalidades como el Che Guevara, Eldridge Cleaver (líder de los Black Panthers) o Albert Camus.

«La solución no viene de los gobiernos, vendrá de nosotros mismos, siendo responsables, sin creer en iglesias, ni en partidos ni en gobiernos…», declaró a GARA en una entrevista en 2010. En ella defendió que «hay que plantear las cosas que parecen imposibles si queremos progresar».

«Lo que he hecho en mi vida es porque soy muy inocente. Incluso hoy, con la edad que tengo, creo que la sociedad se puede cambiar, pero hay que luchar», dijo en esa conversación, a los 79 años.

«Desde niño era revoltoso y me solían poner multas de cinco pesetas. Mi madre no podía pagarlas y entonces me llevaban castigado a plantar árboles o a la cárcel de Tudela», relató. «Esa fue mi suerte porque no tuve que hacer ningún esfuerzo para perder el respeto a todo lo establecido. Por eso los pobres tenemos una riqueza si sabemos utilizarla. Tenemos el derecho de perder el respeto a esta sociedad idiota. Yo no estoy en contra de las riquezas o de la inteligencia, estoy en contra de la mala utilización».

Urtubia escribió así en el epílogo que cierra el cómic de Belatz: «No hay nada imposible, todo está por hacer (…) Podéis hacer bien fabricando los documentos administrativos y dándoselos a los que no los tienen, para que puedan vivir y trabajar. Podéis hacer hasta dinero, como lo hacíamos nosotros –si ellos hacen dinero ¿por qué no hacerlo nosotros?–. Eso no es ningún crimen, eso es un placer».