El espacio memorial en torno al Alto de Loiti y el dedicado al exilio navarro en Elizondo han sido declarados Lugares de Memoria Histórica del herrialde por el Gobierno de Nafarroa. El objeto de esta declaración, ha dicho en rueda de prensa la consejera Ana Ollo, es conservar y difundir el conocimiento de estos espacios para que sirvan de áreas de «transmisión intergeneracional de la memoria, indispensable para promover valores de respeto, tolerancia y libertad» y para «promover una cultura de paz y convivencia».

El Gobierno ha tomado ambos acuerdos tras recibir los informes favorables de la Comisión Técnica de Memoria Histórica, que propuso la declaración de estos espacios en su reunión del pasado mes de junio una vez examinados los expedientes de referencia.

La Comisión constató además que se encuentran encuadrados en algunos de los supuestos previstos en la ley por haber ocurrido en ellos hechos de singular relevancia vinculados a la dictadura o porque se han erigido en espacios de recuerdo, reconocimiento y reparación de las víctimas de aquella represión.

En este sentido, Ollo ha recordado que en las dos vertientes del Alto de Loiti, en lugares como Abintzao, Lekaun, Sengaritz, Izko, Aldunate, Nardues, Mugetaxarra y Tabar, fueron ejecutadas entre julio y diciembre de 1936 al menos 69 personas procedentes de localidades como Oibar, Andosilla, Burlata, Cárcar, Kaseda, Galipentzu, Izaba, Irunberri, Miranda Arga, Zangoza, Sos del Rey Católico y Urraulbeiti. Todas ellas habían sido detenidas por su actividad política y sindical.

Y ha añadido que las familias abordaron varios intentos de exhumación, como el de Aldunate en octubre de 1978, o los de Lekaun y Sengaritz en 1979, y que el 1 de junio de 2019 el Ayuntamiento de Zangoza, con la colaboración de otros ayuntamientos y las asociaciones de memoria histórica, inauguró un memorial en homenaje a todas estas víctimas.

Este memorial, obra del escultor Mikel Iriarte, se denomina ‘Loiti, ixilpeko hilerria – Loiti, cementerio clandestino’, y en este lugar el Gobierno de Nafarroa, junto con diez ayuntamientos de la zona y las asociaciones memorialistas, realizó un homenaje a las víctimas y sus familias el 1 de junio de 2019.

En el caso del exilio navarro, la consejera ha aseverado que esta fue una de las consecuencias «más dramáticas» del golpe militar de 1936 y apuntado que, según el censo provisional del Instituto Navarro de la Memoria, más de 1.300 personas dejaron atrás sus vidas y bienes para huir de la violencia franquista, pasando la mayoría por los campos de concentración del sur del Estado francés, como Gurs, y llegando 60 de ellas a campos de exterminio.

El memorial ubicado en Elizondo homenajea también a todas las personas que, con riesgo de su seguridad, participaron en las redes de solidaridad y ayudaron a cruzar la frontera a quienes huían.

Su escultura ‘Babesaren muga-La frontera del refugio’, obra también de Mikel Iriarte, sugiere que la persona exiliada ha sido acogida en un territorio lejos de su origen y reconoce a quienes ofrecieron protección y refugio, con una referencia a través del número 117 al mojón fronterizo del collado de Berdaitz, uno de los pasos más utilizados.

En 2017, la Comisión de Memoria Histórica aprobó un Censo Provisional de Lugares de Memoria con 23 puntos relacionados con vulneraciones de derechos humanos cometidas tras el golpe militar de 1936 o con la memoria y reparación de las víctimas.

De ellos, son ya 15 los declarados como tal por el Gobierno de Nafarroa y por lo tanto de especial protección, entre ellos el Parque de la Memoria de Sartaguda, la fosa de la Tejería de Elo/Monreal o la sima de Otsoportillo en la Sierra de Urbasa, y en todos ellos, ha recordado Ollo, se lleva a cabo una labor de señalización a través de diferentes soportes informativos en los que aparece información que contextualiza los hechos.