Este martes, 17 de agosto, ha entrado en vigor la obligación de presentar el pase sanitario –certificado de vacunación o de haber pasado ya el covid-19 o en su defecto una prueba diagnóstica de menos de 72 horas– en los grandes centros comerciales del Estado francés.
Desde hace una semana el pase era ya obligatorio para entrar en hospitales y residencias, para realizar un trayecto largo en tren o para acudir a un bar o un restaurante. Desde este martes a la lista se unen los centros comerciales de más de 20.000 metros cuadrados.
La medida rige en los departamentos en que la tasa de incidencia de covid-19 supera los 200 casos por 100.000 habitantes en siete días. Además de París y su área de influencia, la norma se aplicará en otros 16 departamentos hexagonales. Entre ellos figura el de Pirineos Atlánticos.
En Ipar Euskal Herria son dos los grandes centros comerciales que han empezado a filtrar, desde esta mañana, la entrada de clientes. Se trata de Ametzondo-Ikea, en Hiriburu, y de Carrefour-BAB2, en Angelu.
A diferencia de otros departamentos, en que la medida entró en vigor el lunes, 16 de agosto, en Pirineos Atlanticos la Prefectura concedió a los centros concertados un día más, para facilitar las tareas de preparación del dispositivo.
Según reconocía ayer en rueda de prensa, en Pau, el secretario general de la Prefectura, Eddie Bouttera, los gerentes de los grandes centros comerciales contenidos le han trasladado «su preocupación por la pérdida de ingresos».
Bajada de usuarios o clientes
Los precedentes no son buenos. La entrada en vigor del pase sanitario ha provocado una sangría de clientes o usuarios en la mayoría de los sectores en que ha entrado en vigor.
La bajada de frecuentación en instalaciones deportivas y culturales, donde el pase es obligatorio desde finales de julio, ha sido muy destacada, y aunque la pasada semana entró en vigor -con cierta tolerancia- el pase en hostelería, será sta semana la que servirá para medir mejor la incidencia de la restricción.
En Baiona Ttipia, desde la primera semana en que se ha aplicado la medida los hosteleros constatan una «bajada muy importante de clientes habituales». Y es el pase es obligatorio hasta para tomarse un simple café en terraza. Una medida que genera incomprensión entre hosteleros y habituales de los cafés.
Con todo, hay un sector al que beneficia la entrada en vigor de esta medida. Se trata de las empresas de seguridad, que reconocen que no dan a basto y confiesan tener problemas para satisfacer la demanda y prisa por reclutar personal.
A diferencia de los establecimientos pequeños, aquellos negocios o servicios de mayor dimensión prefieren poner en manos externas la tarea, nunca gratificante, de controlar a la clientela.
Así lo ha hecho el centro Ametzondo, que adelantándose a la entrada en vigor del dispositivo reforzó sus medidas a finales de la pasada semana.
Su director comercial, Uli Schmohl, confirmaba este mismo martes a Mediabask que han optado por contratar a quince agentes para que se ocupen de comprobar que los clientes llevan el certificado con el consiguiente QRD.
Para tratar de amortiguar la pérdida de «30 a 50% de las ventas» que esa galería comercial estima que deberá soportar por la entrada en vigor del pase, Ametzondo ofrece a sus clientes la posibilidad de testarse acudiendo a la carpa que ha instalado en el parking.
Estaciones de tren, centros comerciales, residencias de ancianos y hospitales… el secretario general de la principal asociación de empresas de seguridad, Cédric Paulin, aseguraba, el lunes, al diario “Le Monde” que la pandemia hizo que el sector viera rebajados sus ingresos en torno a un 10% en 2020.
La extensión del pase sanitario les sitúa ante otro problema: la dificultad de responder a la demanda, ya que no cuentan con suficientes trabajadores.
¿Quién pagará la factura?
La asociación de centros comerciales estima el desembolso en 30.000 euros mensuales. La red de hospitales públicos (AP-HP) necesitará 450.000 euros para asegurar el control del pase sanitario en sus 39 establecimientos, entre ellos el Hospital de Baiona, solo en este primer mes.
En esta coyuntura el sindicato CFDT alertaba la pasada semana del problema de falta de efectivos que puede derivarse, de una parte, de la entrada en vigor del pase sanitario, y de otra de esa fecha límite del 15 de setiembre para que todo el personal del centro esté vacunado. A 5 de agosto un 82% de los trabajadores del hospital estaban, no obstante, ya vacunados, según su dirección.
La CHSCT, la instancia que reúne a las distintas ramas profesionales y de administración representadas en el principal hospital de Ipar Euskal Herria se reúne esta tarde para abordar las diferentes problemáticas a las que debe hacer frente este establecimiento en un momento de tensión por el aumento de ingresos ligados a la expansión de la variante Delta del covid.

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