El primer ministro, el ultraconservador Mateusz Morawiecki, ha afirmado que «el Tribunal hizo una interpretación literal de la Constitución, es decir, que el Derecho constitucional es superior a otras fuentes de Derecho», y ha relacionado el fallo del jueves con «lo que ya ha sido confirmado en los últimos años por los tribunales constitucionales de muchos Estados miembros».
«No somos unos invitados en la UE, por eso no aceptamos ser tratados como un país de segunda clase. Queremos una relación de respeto, no una asociación de iguales y desiguales», ha insistido.
El líder de Ley y Justicia (PiS, partido gubernamental), Jaroslaw Kaczynski, se refirió ya el jueves al fallo como «obvio», subrayó que «en Polonia, el acto normativo más alto es la Constitución», e insistió en que «en asuntos del poder judicial polaco, la Unión Europea (UE) no tiene nada que decir».
Gran parte de la judicatura polaca, incluyendo dos de los cinco jueces que formaron parte del panel que emitió la sentencia de ayer, se han manifestado en contra, y comparan las consecuencias de desligar el Derecho polaco del europeo con la situación en Rusia, donde el TC tiene potestad para revocar sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La oposición, que ha convocado una manifestación el domingo en Varsovia, asegura que «el sueño de Kaczynski de una Polonia fuera de la UE se está convirtiendo en realidad».
Amenazas económicas
El comisario de Justicia de la Comisión de Bruselas, Didier Reynders, ha recordado que la UE cuenta con instrumentos tanto legales como financieros para hacer cumplir los Tratados, que «estipulan que el Derecho europeo tiene primacía sobre el Derecho nacional, incluidas las disposiciones constitucionales».
La UE puede bloquear la entrega de fondos comunitarios a los países miembros, lo que deja en el aire los 23.000 millones de euros de subvenciones directas y los 34.000 millones en préstamos a Polonia por el plan de recuperación de la pandemia.
Reacciones
El Estado francés tilda el fallo de «ataque a la UE». Luxemburgo insta a Varsovia a «no jugar con fuego». Alemania le recuerda que ser parte de la UE exige «respetar todas sus reglas»