El pasado lunes se emitió la primera entrega de ‘Los príncipes y la prensa’, un documental dividido en dos entregas que tiene como objetivo analizar las tres últimas décadas de titulares y reportajes televisivos que han sido dedicados a los hermanos William y Harry y que está sustentado en entrevistas realizadas, entre otros, a diferentes corresponsales que cubren la información que atañe a Buckingham Palace.

La emisión de este documental ha avivado la tensión entre la BBC y las diferentes ramas reales que cohabitan en Buckingham y sus alrededores, tras ser confirmado a través de una investigación orquestada desde Buckinham, que el periodista Martin Bashir «engañó» a la princesa Diana, la cual reveló a través de una entrevista que convulsionó los cimientos de la monarquía británica, su triste peregrinar por los pasillos del palacio real.

Revelada dicha investigación, el príncipe William arremetió públicamente contra la BBC, la cual se vio en la obligación de pedir disculpas de manera pública y pagar una gran indemnización.

Espías ‘reales’

La primera entrega de ‘Los príncipes y la prensa’ tuvo como conductor a Amol Rajan, un periodista que nunca ha ocultado su perfil republicano y que ha descrito al estamento real como «algo completamente absurdo y anacrónico».

Bajo el título ‘La nueva generación’, esta primera parte recopila los episodios derivados de la irrupción de esta nueva generación de herederos en la dinámica de la casa real británica y arranca con los episodios acontecidos en el transcurso de la eterna jubilación de Isabel II, en concreto su llamado ‘Jubileo de Diamante’ –actualmente se encuentra en la fase ‘Jubileo de Zafiro’, que certifica sus 65 años en el trono–.

Una dinámica que se caracterizó por las nuevas prácticas dictadas por los hermanos y que, entre ellas cuestiones ilegales, se detallan casos relativos a los hackeos y engaños que fueron utilizados por las diferentes ramas de la Familia Real y sus ejércitos de asociados.

Al parecer, y según este documental, los respectivos equipos de comunicación de ambos príncipes han filtrado información interesada sobre el otro para dañar su imagen. En dicha primera entrega, también asoma el testimonio de un detective privado que trabajó en labores de espionaje contra el príncipe Harry. Según este detective, «siempre había mucho pirateo, había mucha vigilancia de los teléfonos del príncipe Harry y su por entonces novia Chelsy Davy».

Las tres ramas monárquicas suman su enfado

De inmediato y al poco de ser emitido este primer capítulo, el palacio de Buckingham, Clarence House y el palacio de Kensington, los tres clanes sobre los que se sustenta la monarquía, hicieron algo inaudito hasta la fecha; sumaron su enfado en un comunicado conjunto en el que, además de mostrar su «decepción» ante lo que se emitió, señalaron que «una prensa libre, responsable y abierta es de vital importancia para una democracia sana. Sin embargo, demasiado a menudo hay declaraciones infundadas y exageradas de fuentes desconocidas que se presentan como hechos y es irritante que cualquiera, incluida la BBC, les dé credibilidad».

Según ‘The Mail on Sunday’, la Casa de Windsor ha anunciado que no volverá a colaborar con la BBC, a menos que se les brinde el derecho de réplica. El tabloide británico también recordó que, días antes de la emisión del primer episodio, Isabel II mostró su enfado con su contenido y, sobre todo, con la negativa de la BBC de no ofrecerle un visionado privado de dicho documental.