Las agresiones racistas son una realidad que sufren las personas migrantes en toda Europa y Euskal Herria no es una excepción, tal como han demostrado este miércoles Ihssan Beleefkih y Flore Belfang con sus testimonios. Ambas mujeres sufrieron sendos episodios xenófobos en Gasteiz y Bilbo, respectivamente, y de ellos han dado cuenta en la charla ‘Voces Valientes’, dentro de la jornada inaugural del II Congreso Vasco de Igualdad de Trato y No Discriminación.

En el caso de Beleefkih, la mujer de origen marroquí ha participado en el acto celebrado en la sala Bilborock, en Bilbo, para explicar cómo en un trayecto de bus en Gasteiz un hombre comenzó a proferir insultos racistas contra ella por el hecho de ser musulmana. Una situación que, por su inusualidad, dejó a Beleefkih sin respuesta en un primer momento, aunque posteriormente acudió a la Red Eraberean (Red de Igualdad de Trato y No Discriminación del Gobierno de Lakua) y puso una denuncia. Archivado en primera instancia, el caso se reabrió y el próximo 10 de enero se celebrará el juicio.

Beleefkih ha contado que se siente «frustrada, impotente, con mucha rabia». Sobre una posible reparación, ha negado que busque una «compensación económica», ya que eso no le quitaría «el dolor», y ha valorado que «hace falta reeducar a la sociedad» para que su caso no se repita.

La experiencia xenófoba sufrida por Beleefkih en la capital alavesa es una de las que recoge el documental ‘El IncenDiario’, proyectado también este miércoles en la sala Bilborock. En el vídeo se narran algunos de los «ingredientes» necesarios para que calen los discursos excluyentes de la derecha en varios países europeos, como el Estado francés, Alemania o Hungría. Respecto a Euskal Herria, se recuerda el discurso xenófobo del entonces alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, contra los inmigrantes, que fue incluso censurado por el propio Consejo de Europa.

«Piel sucia»

La agresión racista contra Flore Belfang, ha explicado, sucedió en Bilbo, en julio de 2020, mientras aguardaba en una parada de autobús. Durante su espera, una mujer que hablaba por teléfono mantenía en un tono elevado una conversación sobre los inmigrantes africanos, los «negros» a los que calificó como «piel sucia». En un momento dado, la mujer del móvil se giró para tomar una foto de Belfang, mujer de origen camerunés, por lo que esta le recriminó su actitud.

Al igual que sucedió en el episodio de Gasteiz, diversos presentes acudieron en ayuda de Belfang y se prestaron a declarar como testigos si el caso iba a juicio, como finalmente fue. A pesar de existir pruebas gráficas, como un vídeo grabado por una tercera persona, el caso fue archivado al considerarse «una discusión» ya que, según Belfang, el juez consideró que no existió «agresión».

La mujer ha valorado que «no tiene ningún sentido odiar a nadie por ser negro» y ha explicado que esa experiencia le ha dejado secuelas, como el miedo. «Me coloco en la parte de atrás del autobús por si alguien es racista», ha detallado. Finalmente, ha reivindicado que ante un caso de racismo «no hay que quedarse sola» y ha recomendado «acudir a asociaciones para salir adelante».

Reivindicación a ritmo de rap

Además, la inauguración del Congreso ha contado con la participación de la rapera Miss Raisa, cantante «orgullosa de sus orígenes», nacida en Marruecos y residente en Barcelona. Junto a algunos temas sobre su tierra, Miss Raisa ha explicado su propia experiencia con la islamofobia o con las posibles contradicciones sobre el uso del velo y un mensaje feminista. Un tema, ha explicado, sobre el que le recriminan desde el propio movimiento feminista, y que ella apuesta por resimbolizar. «Para mí, el velo significa reivindicación y manifestación, para otra persona puede simbolizar otra cosa. Pero yo solo sé lo que significa para mí», ha manifestado.