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Entidades internacionales barajan la desaceleración

La inflación,los problemas de suministros y la amenaza de nuevas olas del covid-19 son los factores de riesgo que esgrimen organismos y entidades internacionales para no descartar una desaceleración económica en 2022.

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, en una intervención en París. (Ludovic MARIN / AFP)
Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, en una intervención en París. (Ludovic MARIN / AFP)

Distintas entidades y analistas no descartan una desaceleración atendiendo a la escasez de productos esenciales, la inflación y la situación sanitaria provocada por el covid. De China a Estados Unidos, de Europa a África, la pandemia paralizó las economías del mundo casi simultáneamente en la primavera de 2020 y ahora ómicron puede actuar como freno.

«El covid-19 seguirá siendo una amenaza», advirtió Moody's en una nota. Y esta amenaza ya se ha materializado en regiones con muy escaso acceso a las vacunas, como el África subsahariana, donde solo el 2,5% de la población estaba vacunada en octubre y que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), está condenada a una recuperación económica más lenta.

Pronostica que hasta 2024, es probable que la mayoría de los países emergentes y en desarrollo no alcancen sus previsiones de crecimiento anteriores a la pandemia.

Su directora gerente, Kristalina Georgieva, señaló que «una nueva variante que puede expandirse rápidamente puede hacer mella en la confianza y en este sentido, probablemente veremos recortes en nuestras proyecciones de octubre sobre crecimiento global».

En octubre el FMI revisó a la baja sus previsiones de crecimiento del PIB mundial a 5,9% este año frente a 6% en julio, por problemas en la cadena de suministros y una vacunación desigual. Generalmente publica sus revisiones de los pronósticos de octubre en enero.

Sorpresas e interpretaciones

«La mayor sorpresa de 2021 fue el aumento de la inflación», indican los analistas de Goldman Sachs en sus previsiones para 2022. Los cuellos de botella en las cadenas de suministro y la escasez de productos esenciales para la producción, como los semiconductores, a consecuencia del aumento de la demanda son algunos de los factores que apuntan como importantes en el encarecimiento de precios. También se explica, añaden, por el aumento del precio de las materias primas (madera, cobre, acero) y de la energía (gasolina, gas, electricidad).

Considerada como transitoria por los principales bancos centrales del mundo hasta hace poco, su persistencia abre grietas en ese bloque. A principios de semana, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, reconoció la «persistencia» de la inflación y avanzaba retirar más rápido de lo previsto su multimillonario programa de compra de bonos para tratar de contener la inflación. En Europa, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, seguía insistiendo en el carácter «temporal» de la inflación. En noviembre batió sus marcas.

Un mes antes, se disparó al 5,2% , seis décimas más que en setiembre, en el conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Marcó su nivel más alto desde febrero de 1997.

«La cuestión es si realmente hemos salido de la crisis», señala a AFP el Beetsma, profesor de economía de la Universidad de Ámsterdam.

Por el momento, el FMI sigue manteniendo un crecimiento mundial del 4,9% para el próximo año.
«Incluso antes de la llegada de esta nueva variante, temíamos que la recuperación, aunque continúa, perdiese algo de impulso», dijo Georgieva, destacando que la expansión de las dos mayores economías del mundo, Estados Unidos y China, ya se vio frenada por la variante delta.

Con una estimación de crecimiento más baja, la OCDE aumenta en una décima sus expectativas para 2022, hasta el 4,5%. Más significativas son las variaciones de las previsiones para algunos de los países del G20 en 2021 con respecto a su anterior informe de finales de septiembre, y en particular la revisión a la baja de las cifras para las dos primeras economías mundiales.

En su informe de Perspectivas Económicas publicado el miércoles, la OCDE vuelve a reducir sus estimaciones de crecimiento para Estados Unidos, hasta un 5,6% (cuatro décimas menos) y lo mismo ocurre con las de China, que se quedan en un 8,1% (cuatro décimas menos).