El artista coruñés Enrique Tenreiro realizó la pintada el 31 de octubre de 2018 y, además de dibujar una paloma con pintura roja, escribió sobre el féretro la palabra ‘libertad’. Tras ser detenido, declaró ante la Guardia Civil que se trataba de una performance y en su cuenta de Twitter explicó que era «una acción de protesta».

Este acto se produjo en medio del debate que se generó ante la exhumación de los restos del dictador, que finalmente fueron trasladados, en octubre de 2019, al cementerio de Mingorrubio, ubicado en el municipio de El Pardo.

Este viernes, Tenreiro ha afrontado en la Audiencia Provincial de Madrid un juicio con una petición fiscal de un año de cárcel por un presunto «delito contra la libertad de conciencia» por interrumpir un acto religioso.

Ante el tribunal, el artista ha defendido que realizó «una performance» por la reconciliación de los españoles, recordando que ni Benito Mussolini ni Adolf Hitler guardan sepultura en lugares públicos y que el féretro del dictador español estaba «fuera de lugar» en un mausoleo «pagado por todos».

Ha indicado que realizó la pintada a toda prisa cuando se percató de que se iba a celebrar una misa al «ver unos curas», algo que desconocía.

A preguntas del fiscal, ha señalado que el Valle de los Caídos se construyó para los fallecidos en la denominada Guerra Civil, por lo que le parecía un «anacronismo» que estuviera enterrado un dictador que no cayó en la contienda.

«¿Es lícito tener enterrado a un dictador que quitó la libertad a varias generaciones y que contribuyó a causar una guerra?», ha preguntado el artista.

La Fiscalía alude a «su concepción socio-política»

El escrito de acusación relata que el 31 de octubre de 2018 el escultor accedió sobre las 15.00 horas a la basílica del Valle de los Caídos «ocultando en su ropa un bote de plástico con pintura de color rojo y un pincel».

Una vez en el interior, se dirigió a la parte posterior del altar mayor, donde se encuentra la tumba de Franco y, «con evidente desprecio hacia los sentimientos religiosos de los presentes y amparándose en su concepción socio-política de la sociedad», realizó sobre la lápida una pintada con el texto ‘Por la libertad’ «dibujando igualmente una paloma».

La Fiscalía señala que la acción tuvo lugar «mientras los niños de la escolanía estaban accediendo al coro y los sacerdotes celebrantes de la eucaristía se dirigían al altar mayor». Y, en su opinión, con esta acción «el acusado perturbó el normal desarrollo de la ceremonia religiosa puesto que hubo de retrasarse la celebración de la eucaristía de las 11.00 horas de ese día». Además, se cerró el acceso al público «en tanto no se terminó la limpieza de la lápida».

El escultor ha explicado en el juicio que compró una entrada para entrar en la basílica pero desconocía que se iba a producir una misa. «No sabía que había un rito religioso», ha insistido y ha apuntado que ha ido a colegios religiosos, por lo que respeta los lugares de culto y a la Iglesia.

La Delegación de Patrimonio Nacional del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial ha aportado factura del importe de limpieza, que asciende a 323,41 euros, así como acta de arqueo de la taquilla de entrada donde constan las devoluciones que tuvieron que hacerse, que suman 510 euros.

Estos actos fueron grabados por una persona que acompañó a Tenreiro y con posterioridad fueron ampliamente difundidos por distintos medios de comunicación social.

«Performances», de Santiago a Nueva York

Tenreiro, de 52 años, tiene formación en técnicas de escultura y, entre 1999 y 2004, estuvo enrolado en la escuela Pablo Picasso de A Coruña. La mayoría de material en su página web corresponde a distintas performances que ha venido realizando los últimos años.

«Hago locuras, pero eso no quiere decir que esté loco. Es por provocar y para homenajear a Duchamp», aseguró Tenreiro en una entrevista en ‘La Voz de Galicia’ en 2016.

Entonces, una de sus acciones para criticar el despilfarro de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela también saltó a los medios: paseó por la plaza de María Pita a pecho descubierto y con una gran cruz a sus espaldas, simbolizando el calvario. Así quiso denunciar «la cruz» que ha supuesto esa infraestructura «para la cultura en Galicia».

Ese mismo año, en otra performance, en el centro de Nueva York sacó una toalla y un bañador y se tumbó sobre el asfalto.

En varias de sus esculturas y acciones, Tenreiro critica el papel de la monarquía y se refiere a los Borbones como ‘bombones’. Por ejemplo, en su página web se puede visualizar las performances ‘Demasiados bombones para este régimen’ y ‘La Corona de los Bombones por los suelos’.

Proviene de una saga de artistas, entre los que destacan Antonio Tenreiro (1923-2006), uno de los grandes artistas contemporáneos gallegos, y Jaime Tenreiro (1955-2018), que destacó como artista de vanguardia.