Arnaitz Gorriti

Belén Arrojo acabará este jueves su pesadilla de Turquía, tras dar negativo en dos PCR

La alero de Granada regresará esta madrugada a Euskal Herria junto con el entrenador Mario López, después de haber dado negativo en dos pruebas PCR, después de que fuera apartada de forma más que sospechosa en el partido que su equipo perdió ante el Mersin CBK Çukurova, de la Women Eurocup.

Belén Arrojo, protagonista a su pesar porque no le dejaron jugar en Turquía.
Belén Arrojo, protagonista a su pesar porque no le dejaron jugar en Turquía. (Aritz LOIOLA / FOKU)

La capitana de Lointek Gernika Bizkaia Belén Arrojo al fin parece ver el final de su pesadilla turca, luego de haber dado negativo en dos pruebas PCR consecutivas en su aislamiento otomano.

La alero de Granada saldrá hacia Euskal Herria, acompañada por el entrenador Mario López, en la madrugada del miércoles al jueves, luego de que una más que sospechosa prueba PCR en la localidad turca de Adana revalara un «positivo» que no se ha vuelto a confirmar, pero que le impidió a la jugadora internacional competir con el cuadro gernikarra frente al Mersin CBK Çukurova, en el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Women Eurocup, partido que las vizcainas perderían por 69-40, volteando así el cuadro turco el 83-59 adverso del paertido de Maloste del 15 de diciembre.

El club vizcaino ha calificado a través de las redes sociales la experiencia en Turquía como de «encerrona en todos los sentidos» y las jugadoras han empleado estas mismas redes para referirse tanto a los previos como al partido y el comportamiento del club local con palabras como «rabia», «surrealista», «ridículo», «frustración», «impotencia» o «vergüenza». Diversos clubes de dentro y fuera de Euskal Herria han hecho llegar también su indignación ante lo que fue una encerrona llevada a cabo sin ninguna vergüenza y con el beneplácito de una FIBA que al parecer no aprende a sacudirse de estos vicios.

Con el beneplácito de la FIBA

El resto de la expedición gernikarra, salvo Belén Arrojo y Mario López, han salido con rumbo a Gernika este miércoles, a la espera de una PCR de confirmación de la alero granadina. Afortunadamente, este negativo le vandrá para poder dar carpetazo a esta pesadilla, porque en caso positivo cabía la posibilidad de tener que guardar una cuarentena de diez días en suelo otomano.

«Sabíamos que era imposible que diera positivo, ya que Belén da positivo por covid-19 el 18 de diciembre», ha explicado, todavía indignado, Mario López, en una entrevista de urgencia a ‘Radio Euskadi’, al tiempo que ha aclarado que el club vizcaino sopesó la posibilidad de no aceptar las exigencias de Çukurova –aceptadas por la FIBA– de hacerse dos pruebas PCR en lugar de una, con el sospechoso proceder del conjunto otomano.

Tal y como relató en las redes sociales la jugadora Rosó Buch, el equipo turco demandó a la FIBA que querían hacer una PCR a la llegada y que el organismo aceptó. «Nosotras aceptamos hacerla en Bilbo o incluso en Estambul. Respuesta negativa. Sólo nos permiten jugar si nos la hacen ellos en Adana», indicaba la jugadora de Mataró.

«La FIBA nos comunicó que íbamos a tener que pagar una multa de 25.000 euros en caso de negarnos a aceptar estos condicionantes», ha informado Mario López en su entrevista radiofónica.

Una vez en Estambul, proseguía el relato de rosó Buch, toda la expedición decidió hacerse una PCR «en el mismo aeropuerto de Estambul» porque ya se dudaba «de las intenciones» del rival. «Todas negativas. Todo bien. Llegamos a Adana y nos están esperando», apuntaba Buch, que añadía un vídeo con las imágenes del momento de la nueva PCR.

Posteriormente, horas antes de jugar el partido, les comunicaban que Belén Arrojo «es positiva». «¡Sorpresa! Reaccionamos rápido y va al hospital a hacerse otra PCR. No puede jugar sin resultado. Pero no llega hasta que estamos cenando, es negativa. ¡Sorpresa! Nos han quitado a Belén», recalcaba Rosó Buch con ironía.

Además de todo ello, para afrontar este partido el Çukurova CBK Mersin cambió su pabellón habitual, para 7.500 espectadores, por uno más pequeño que dio cabida a apenas 2.000 en el que se pudieron escuchar sirenas antiaéreas, música y otros sonidos por megafonía mientras se disputaba el encuentro. Todo ello para conseguir el efecto intimidatoria de unas gradas repletas –con las mascarillas brillando por su ausencia–, en un ambiente hostil al punto de que un cordón de unos 300 policías, según comentaba Mario López, impedía que el público, sito muy cerca del banquillo gernikarra y al que trataron entre insultos y con una bocina durante todo el partido, se arrimase más de la cuenta.

«Como hace 30 años»

Uno de los motivos por el cual el Basket FIBA vivió un grave cisma en su interior y que devino en la creación de la Euroliga en la campaña 1999/2000 fueron esta clase de emboscadas y encerronas, con arbitrajes descaradamente parciales que, por otro lado, devaúan el indudable nivel de los equipos que avanzan, porque no se puede negar en este caso el nivel de Çukurova, que no precisaba de artimañas de este estilo para poder optar a ganar su eliminatoria, aún con un abultado 83-59 en contra del partido de ida.

Ya en la Final Four de Madrid del año 2008, en el Coloquio de «50 años del Basket FIBA», el entonces presidente honorífico de la FIBA –fallecido en 2020– Boris Stankovic recordaba enrte sonrisas que «hace 50 años los partidos de vuelta podían durar más de dos horas y media con tal de conseguir remontar los resultados», y las declaraciones de pasmo de Mario López han corroborado aquella sensación que vivieron las jugadoras de Lointek Gernika Bizkaia el martes.

«Estas cosas nos las podíamos imaginar o esperar en el baloncesto FIBA de hace 30 años, pero no en 2022», ha comentado un Mario López perplejo. «Creíamos que lo del Galatasaray hace tres años fue el ‘infierno turco’ y no tuvo nada que ver con esto, que es algo que en mi vida había visto», ha añadido.

Por su parte, Belén Arrojo ha escrito tambuén a través de las redes sociales recalcando su impotencia. «Estoy bien físicamente, aunque hundida anímicamente», ha dicho.

«Nunca pensé que se pudieran superar ciertos límites en un deporte tan bonito como el baloncesto, pero hoy ha sucedido en Turquía, con mis compañeras y conmigo. Frustración, impotencia, rabia y desesperación. Enhorabuena a los ganadores del día de hoy, sin duda llegarán muy lejos», ha dejado escrito en su cuenta oficial de Twitter.