Pello Guerra

Se diluye la amenaza de inundaciones en Iruñerria tras un día de tensión

Exactamente un mes después de unas riadas históricas, la zona norte de Iruñerria ha vivido unas horas de tensión ante la amenaza de nuevas inundaciones, que finalmente no se han registrado.

El norte de Iruñerria ha vivido unas horas de extrema tensión ante la amenaza de inundaciones exactamente un mes después de las históricas riadas que inutilizaron numerosos coches y anegaron locales y trasteros, en los que todavía se estaba trabajando cuando ha llegado la nueva alerta.

Las lluvias comenzaron la noche del sábado y fueron especialmente intensas ayer, lo que hizo que la misma tarde del domingo la Policía Municipal de Iruñea enviara un SMS de alerta para retirar vehículos de las zonas inundables. Lo mismo sucedía en otras localidades, como Atarrabia o Burlata, que también sufrieron notablemente con el último desbordamiento masivo.

Era una posibilidad que no sorprendió a los vecinos de esos lugares, pero que fue recibida casi como un mazazo, ya que todavía estaba muy reciente el histórico episodio de riadas vivido hace un mes, el 10 de diciembre, que anegó garajes y trasteros en numerosas viviendas.

De hecho, muchos garajes todavía no han podido acoger vehículos desde entonces, ya que, al problema de sacar los metros cúbicos de agua del Arga que los habían anegado, se sumaba la necesidad de que se secaran para poder volver a cumplir su función.

Además, muchos vecinos habían terminado recientemente de limpiar trasteros, deshaciéndose de lo que había quedado inservible y limpiando el barro que había dejado en el interior la fangosa agua del río, en el que, antes de este nuevo episodio de crecida, era evidente el rastro de la avenida de diciembre en forma de abundante basura en sus orillas, como se venía denunciando en redes sociales.

No quedaba más remedio que adaptarse a la situación y los vecinos movieron sus vehículos a zonas seguras, mientras los coches que todavía ocupaban el aparcamiento de Corralillos en Arrotxapea eran retirados con rapidez por la grúa hasta dejarlo totalmente despejado, tal y como se podía ver esta mañana.

 

El aparcamiento de Corralillos, totalmente despejado ante la posibilidad de inundaciones. (NAIZ)


El paseo de Anelier volvió a convertirse en improvisado aparcamiento para coches, mientras el Ayuntamiento de Iruñea decidía suspender la zona azul en el sur de Arrotxapea, una medida que también habría sido lógico aplicar a la zona norte, la menos amenazada por la posible avenida del Arga y donde tenían más posibilidades de refugiarse los vehículos ante la previsible saturación en la más peligrosa zona sur del barrio iruindarra.

Con los coches más o menos a salvo, solo quedaba esperar a cómo amanecía hoy el Arga. Finalmente, se ha desbordado por los puntos habituales en estos casos, como son los accesos al Club Natación, la zona del camino de Burlata y el acceso a la finca de Goñi, a los que se han sumado algunos espacios del parque de Trinitarios y de la zona del recinto ferial de Arrotxapea.

El resto del entramado urbano se encontraba abierto a la circulación, lo que ha permitido que el tráfico fluyera como suele ser habitual en una jornada entre semana en Iruñerria, ya que se había sumado la vuelta a las aulas después del parón navideño.

Ha sido una tregua que ha agradecido una población que se quejaba de verse inmersa en una especie de apocalipsis continuo, con un punto de día de la marmota, ya que, al omnipresente covid se sumaba la amenaza insistente de una inundación.

Con el Arga en general dentro de su cauce, el cielo ha dejado de descargar inmisericorde y hasta el sol se asoma tímidamente.

Esa mejoría meteorológico ha contribuido a que hacia el mediodía el caudal del río se haya estabilizado, según ha anunciado el Ayuntamiento de Iruñea, que ha añadido que por ese motivo esperaba desactivar las alertas en las próximas horas. Además, ha señalado que mañana martes volverá a funcionar la zona azul en Arrotxapea sur, salvo para aquellos vecinos que siguen teniendo afectados sus garajes por la riada del 10 de diciembre.

 

El puente de Curtidores, con el río Arga pasando con fuerza por sus arcos. (NAIZ)

No obstante, se mantiene el nivel de preemergencia a la espera de ver el comportamiento del Arga en su curso bajo, a su paso por Faltzes y Funes, donde las motas e infraestructuras hidráulicas resultaron dañadas en la anterior riada. Se espera que el río alcance su máximo nivel en esta zona hacia las 19.30 horas de hoy.

No se esperan problemas en el Ebro, que alcanzará un caudal de unos 1.650 metros cúbicos por segundo, muy por debajo de los 2.800 registrados en diciembre, sobre las 5.30 de la próxima madrugada.

También se mantiene el seguimiento de la evolución del Salazar y el Ezka, porque a las abundantes precipitaciones de lluvia registradas hay que sumar la nieve fundida en los Pirineos, lo que hace que en ambos ríos se están midiendo niveles que superan a los del anterior episodio. Así mismo se vigila la evolución de los cursos de la vertiente cantábrica.

La nueva crecida de los ríos ha coincidido con la reunión que han mantenido en Iruñea la vicepresidenta del Gobierno español Teresa Ribera y la lehendakari de Nafarroa, María Chivite, con responsables de la Confederacion Hidrográfica del Ebro para analizar precisamente los daños y las actuaciones a realizar tras las inundaciones del pasado mes de diciembre en el herrialde.

En ese encuentro, Nafarroa y el Estado han coincidido en que las prioridades a acometer en relación a esta cuestión son la reparación de motas y redes de abastecimiento y comunicaciones, avanzar en los protocolos de prevención y las ayudas a los afectados.