Pello Guerra

Cuatro activistas se encadenan en el Parlamento navarro por una Asamblea Ciudadana Climática

Cuatro activistas de Extinction Rebellion se han encadenado en las ventanas bajas de la fachada del Parlamento de Nafarroa para exigir que la Cámara incluya en la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética la creación de una Asamblea Ciudadana Climática.

Momento en el que sueltan a una de las cuatro activistas que se han encadenado en el Parlamento de Nafarroa.
Momento en el que sueltan a una de las cuatro activistas que se han encadenado en el Parlamento de Nafarroa. (NAIZ)

Cuatro activistas de Extinction Rebellion Pamplona-Iruñea se han encadenado en la fachada del Parlamento de Nafarroa para exigir la creacion de una Asamblea Ciudadana Climática.

La acción ha tenido lugar este jueves hacia las 10.15 horas, mientras en el Legislativo se estaba celebrando el Pleno semanal. Las cuatro personas se han encadenado en las ventanas bajas de la fachada con la intención de mantenerse en ese lugar hasta que los parlamentarios que asistían a la sesión plenaria bajasen al lugar donde se encontraban para que se comprometieran a apoyar la creación de la citada asamblea.

Esa opción se contempla en una de las enmiendas que se han presentado al proyecto de Ley de Cambio Climático y que se votarán las próxima semana. Pero únicamente parlamentarios de EH Bildu, el grupo proponente de la enmienda, se han acercado hasta donde se encontraban los activistas.

Posteriormente, efectivos de la Policía Foral han roto los candados que sujetaban las cadenas de los activistas a la ventana y les han llevado hasta la acera de enfrente, donde otras veinte personas les apoyaban detrás de una pancarta en la que se podía leer ‘Klimaren aldeko herritarren batzarrak benetakoak eta lotesleak/Asambleas ciudadanas por el clima reales y vinculantes’.

Los cuatro activistas han sido identificados y la Policía Foral les ha anunciado que les van a poner una denuncia administrativa por «desórdenes públicos», según ha explicado Iris Domínguez, portavoz de Extinction Rebellion Pamplona-Iruñea.

Domínguez ha detallado que la asamblea ciudadana que reclaman al Parlamento navarro es «un modelo de democracia directa y participativa que se está convocando en el resto del mundo, en lugares como Francia o Reino Unido. Sencillamente es una manera de involucrar a la ciudadanía, de preguntar a los ciudadanos qué es lo que quieren hacer respecto a la crisis climática».

Para crearla, se recurre a «un mecanismo muy simple, que consiste en escoger por sorteo estratificado, es decir, representando a la población, a unas cien personas, por ejemplo, y se les da una cierta formación. Esas personas se reúnen con expertos en el cambio climático y finalmente se les permite elaborar una serie de propuestas que el Gobierno correspondiente estaría vinculado a cumplir».

En resumen, según ha explicado Domínguez, «la idea es que las propuestas salgan directamente de la ciudadanía y, por lo tanto, con el apoyo popular, y desde la gente que sabe cuál es el efecto del cambio climático y cuál puede ser el efecto de esas medidas en sus vidas diarias».

Con la enmienda presentada, se busca que el Parlamento navarro incluya «en la ley la creación de esa asamblea, que se convoque y preguntar a los navarros y a las navarras qué es lo que realmente quieren hacer frente al cambio climático y que se comprometa a actuar en consecuencia».

Por el momento, cuentan con el apoyo del grupo parlamentario de EH Bildu para sacar adelante la enmienda de la asamblea ciudadana, aunque esperan que «el resto de grupos tomen una decisión valiente y se atrevan a preguntar a los ciudadanos sobre esta cuestión. Si no, seguiremos con las movilizaciones».

Ley «aguada y con poco compromiso»

Desde Extinction Rebellion Pamplona-Iruñea consideran fundamental esa participación ciudadana, ya que, en su opinión, la ley de cambio climático que se está proponiendo desde el Gobierno navarro «está aguada, tiene poco compromiso y no adopta acciones reales frente a una crisis tan grande como la que tenemos entre manos», ha señalado su portavoz.

Este movimiento, que tiene un carácter internacional, lleva funcionando en Iruñea tres años, según ha explicado Domínguez, quien ha añadido que «entendemos que ya basta de prohibir pajitas de plástico. Quienes realmente tienen el poder para cambiar las cosas son las instituciones y, por lo tanto, realizaremos acciones directas, no violentas, pero disruptivas también para llamar la atención e incomodar al sistema hasta que se decida a tomar una acción contundente frente a esta crisis climática».