Varios cientos de personas se han manifestado este viernes noche en Barakaldo, convocadas por la asociación feminista Argitan, en protesta por los últimos casos de agresiones machistas ocurridos en la localidad y en Ezkerraldea.

Bajo el lema “Ante la violencia machista ¡respuesta colectiva, solidaridad y autodefensa feminista!”, las participantes en la manifestación han exigido a las instituciones públicas «políticas feministas y medidas reales para hacer frente a la lacra de la violencia machista».

En un comunicado, Argitan ha destacado que «desgraciadamente» la violencia machista «no es algo que sólo se dé en Barakaldo» y que la violencia que sufren las mujeres «es estructural y es consecuencia directa de las desigualdades y discriminaciones» que vive el colectivo.

De hecho, en los primeros 9 días de 2022 se sucedieron tres casos de violencia contra las mujeres en Barakaldo, el último el pasado fin de semana. La Policía Municipal detuvo el sábado 8 de enero a un hombre de 20 años por abusos sexuales a una mujer.

A parte de este hecho, el 6 de enero otro hombre fue detenido por agredir a su ex pareja y el 2 de enero un hombre de 30 años fue detenido en un local de hostelería por cometer abusos sexuales. Además, el 7 de enero un hombre de 37 años fue detenido en Portugalete por violar a una mujer.

Sara Pina en el recuerdo

«La presión social en las calles es nuestra herramienta más eficaz para luchar contra el machismo y poder generar cambios, tanto en la sociedad, como en las instituciones públicas; tenemos derechos, reclamamos nuestro lugar y nuestro derecho a vivir vidas libres de violencia machista», ha señalado la asociación feminista.

Las manifestantes, que han partido de la Herriko Plaza y han finalizado en la Bide Onera, han condenado también el el crímen machista de Sara Pina en Tutera.

«El asesinato es la expresión más extrema y cruel de la violencia machista, pero para llegar al asesinato hay que pasar por todos los demás escalones de la violencia machista, las violencias más invisibles, por esto mismo no podemos normalizar ningún tipo de agresión», han señalado.