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Iturgaiz también se sube al carro de las vacas

Carlos Iturgaiz, en Kuartango.
Carlos Iturgaiz, en Kuartango. (@PPVasco)

Carlos Iturgaiz, el líder del PP en la CAV, se ha desplazado hasta la localidad alavesa de Kuartango para mostrar su apoyo al sector de la carne visitando una explotación de vacuno. Los más mal pensados dirán que en la trayectoria de Iturgaiz no se ha apreciado una especial atención a los problemas del sector primario de Euskal Herria y que la comparecencia responde a la estrategia puesta en marcha por el PP tergiversando las palabras de ministro español de Consumo, Eduardo Garzón.

Esos mal pensados dirán que la comparecencia de Iturgaiz obedece únicamente a las órdenes del PP de tirar de este hilo para tratar de sacar tajada en las elecciones autonómicas de Castilla y León, tal y como ha hecho el propio Pablo Casado, con no muy buenos resultados a decir verdad.

 

El PP de Antequera, incluso, mezcla el supuesto ataque a la ganadería con los tests de antígenos y la reclamación de un cuartel de la Guardia Civil en la localidad andaluza.

La ola impulsado por la oficina del PP llegó incluso a Nafarroa, donde Navarra Suma se enredó en esta disputa, recibiendo una nueva derrota en una votación en el Parlamento.

Este lunes ha sido la cúpula del PP vasco quien ha aterrizado en Kuartango para seguir intentando explotar este filón. Las declaraciones han estado a tono con la imagen: «Garzón está diciendo desde hace tiempo lo que tenemos que comer, lo que tenemos que beber, con lo que tenemos que jugar y lo que tenemos que pensar. Es el prototipo soviético, el prototipo comunista, el que está atacando a la libertad de los ciudadanos españoles para comer, beber, jugar, pensar como queramos los españoles», ha dicho Iturgaiz.

A Casado y a muchos de los dirigentes del PP se les ha acusado de no haber pisado el campo apenas en su vida. Y si lo habían hecho era de visita o para jugar al golf. El propio Casado sacó pecho diciendo que Las Navas del Marqués, la localidad abulense en la que posó delante de las vacas, era su localidad de adopción. Lo que no dijo es que tenía una segunda residencia en una urbanización privada denunciada por los vecinos por no permitir el acceso a caminos públicos.

La derecha política y medática insiste ahora en que las macrogranjas no existen. Será que nunca han estado en Caparroso. Es como cuando UPN dice «perdona que me ría, Navarra no es Euskal Herria».