Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

El último cineasta

La festividad de los Reyes Magos coincidió con el fallecimiento de Peter Bogdanovich y, al contrario de lo que acostumbro en otros obituarios, me ha costado reaccionar para ponerme a escribir unas líneas en su memoria.

El cineasta Peter Bogdanovich.
El cineasta Peter Bogdanovich. (Gabriel BOUYS | AFP)

No es la pérdida de la persona lo que me bloquea, que también, sino que con su final se certifica la muerte del cine. Que no es algo tan terrible si se tiene en cuenta que la industria del audiovisual sigue en expansión y mueve cada vez más dinero, que eso es lo único que interesa hoy en día a los y las profesionales del medio.

Desde el punto de vista puramente artístico resulta perfectamente asumible, y para ilustrarlo citaré unas frases extraídas de uno de sus libros de conversaciones con grandes directores, intercambiadas con un habitual invitado en su casa de Los Ángeles, un tal Orson Welles.

Peter le dijo muy serio: «La edad dorada del cine duró 50 años, desde 1912 a 1962». Y Orson, en tono socarrón, le contestó: «¿Pues qué querías? El apogeo del Renacimiento solamente duró 60 años».

Pero si Bogdanovich realmente pensaba así, hay que reconocer que supo estirar el chicle, porque el testamento maestro para las salas de exhibición, y no digamos ya para los cines de pueblo, fue su ‘The Last Picture Show’ (1972), según la novela de Larry McMurtry, y hasta se permitió hacer una continuación con ‘Texasville’ (1990).

¿Por qué nadie vuelve a Anarene para rodar allí de nuevo?