Martxelo Diaz
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Osetia, Abjasia, Trasnistria... los otros enclaves territoriales en el espacio postsoviético

Las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk no son los únicos territorios que han reclamado su soberanía tras la desintegración de la URSS. Las tensiones en diversos lugares el espacio postsoviético han estallado periódicamente. Recordamos algunos de ellos.

Un soldado armenio en Nagorno Karabaj. (Aris MESSINIS / AFP)
Un soldado armenio en Nagorno Karabaj. (Aris MESSINIS / AFP)

La guerra en Ucrania ha sacado de nuevo al foco mediático la situación de las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk, que proclamaron unilateralmente su independencia en 2014 tras la toma del poder en Kiev de sectores ultraderechistas. Se trata de dos de las anomalías geográficas que se sucedieran tras la disgregación de la URSS.

La URSS era un unión de quince repúblicas que se autodenominaban socialistas y soviéticas, oficialmente disuelta en diciembre de 1991. Cada una de esas repúblicas se declaró independiente con las fronteras oficiales que tenía dentro de la URSS. Tres de ellas (Lituania, Letonia y Estonia) se integraron en la UE y en la OTAN. Sin embargo, dentro de esas fronteras heredadas de la URSS aparecieron problemas nacionales.

En las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk el idioma mayoritario es el ruso y han tenido un acercamiento a Rusia. Desde 2014 han sufrido los ataques ucranianos y han generado una oleada de refugiados hacia la Federación Rusa.

OSETIA DEL SUR

Osetia del Sur estaba integrada en la República Socialista Soviética de Georgia y con la disgregación de la URSS pasó oficialmente a la Georgia independiente, mientras que Osetia del Norte-Alania se quedaba en la Federación Rusa. El osetio es un idioma de la rama irania y emplea el alfabeto cirílico desde 1937.

Ya en 1992 mostró su voluntad de separarse de Georgia y unirse a Osetia del Norte en el marco de la Federación Rusa, lo que ya provocó una primera intervención militar por parte de Georgia. En 2006 celebró un referéndum de independencia, pero solo ha sido reconocido como estado por Rusia y algunos otros pocos países como Nicaragua y Venezuela.

En 2008, Georgia trató de recuperar militarmente el contro de este territorio, lo que provocó una guerra con Rusia. Georgia fue derrotada y tuvo que aceptar la existencia de esta república.

ABJASIA

En un proceso similar al de Osetia del Sur, Abjasia declaró su independencia de Georgia en 1992. Pese a la oposición georgiana funcionó como un estado inpendiente de facto hasta 2006, cuando tropas de Tiflis lograron recuperar momentáneamente el control del territorio. Sin embargo, tras la guerra de 2018 y la derrota georgiana, Abjasia fue reconocida como un estado inpendiente por Rusia y algunos otros pocos países más. El idioma abjasio es de la familia caucásica.

CHECHENIA

Chechenia quedó dentro de las fronteras de la Federación Rusa, pero en 1991 Dzhojar Dudayev proclamó la independencia de la República de Ichkeria. Tanto Boris Yeltsin inicialmente como Vladimir Putin iniciaro guerras para acabar con la independencia chechena, provocando matanzas y la destrucción de ciudades como Grozni. La respuesta chechena fue tenaz, pero se fue deslizando hacia posiciones islamistas, que sirvieron como excusa para que la represión rusa fuera todavía mayor. Actualmente, forma parte de la Federación Rusa y está controlada por Ramzan Kadirov, leal a Putin y denunciado por importantes conculcaciones de los derechos humanos. 

NAGORNO KARABAJ

En Nagorno Karabaj o Alto Karabaj se enfrentan azeríes y armenios. Este territorio del Cáucaso estaba integrado dentro de las fronteras de la República soviética de Azerbaiyán, pero su población es mayoritariamente armenia. En este contexto, en 1991 el territorio declaró su independencia, provocando la ira azerí. Desde entonces, armenios y azeríes han estado enfrentados en varias guerras, la última de ellas en 2020. Armenia tiene apoyo más o menos intenso de Rusia mientras que Azerbaiyán se sitúa en la órbita de Turquía, por lo que el conflicto supera la perspectiva local.

TRANSNISTRIA

Moldavia es una de las quince repúblicas que formaban parte de la URSS. De idioma y cultura cercana a Rumanía, la zona situada al este del río Dniester, sin embargo, es de mayoría rusa. En 1989, se declaró el moldavo (afín al rumano) como idioma oficial y comenzó un acercamiento hacia Bucarest. Frente a ello, el territorio declaró su independencia en 1991 y provocó un conflicto armado con Moldavia. Se logró un armisticio, por el que tropas rusas están en el territorio. En 2006, celebró un referéndum de independencia que solo fue reconocido por un pequeño grupo de estados. Ha vuelto a pedir que se reconozca su indepedencia tras la demanda moldava de integrarse en la UE.

KALININGRADO

El oblast y la ciudad de Kaliningrado, ciudad natal del filósofo Immanuel Kant y conocida en alemán como Kónigsberg, pertenece actualmente a la Federación Rusa. Históricamente era parte de Prusia Oriental, pero tras la Segunda Guerra Mundial se integró en la URSS en 1945. En los tiempos soviéticos, tenía continuidad territorial con el resto de la URSS a través de Lituania, pero la independencia de la república báltica lo dejó encajonado entre Polonia y la propia Lituania. Es por tanto, un territorio de la Federación Rusa que tiene frontera directa con estados pertenecientes a la UE y a la OTAN.

MINORÍA RUSA EN ESTONIA

Con la disgregación de la URSS, quedaron minorías rusas en varias repúblicas. Los nuevos países independientes impulsaron el refuerzo de sus identidades nacionales frente a la presencia rusa derivada de la URSS. Esta situación se dio también en las repúblicas bálticas que se integraron en la UE. El caso de Estonia es uno de los más graves. Con la independencia, Estonia fijó que para acceder a la nacionalidad era necesario conocer el idioma estonio, lo que dejó en un limbo legal a cientos de miles de ciudadanos. Todo ello, en un país que posteriormente se integraría en la UE. Se estima que la minoría rusa en Estonia es del 25% de la población total del país.