El escándalo del espionaje político ha vuelto a estar muy presente en la sesión de control al Gobierno español este miércoles en el Congreso, donde tanto EH Bildu como el PNV se han interesado por qué va a hacer el Ejecutivo español para recuperar la confianza con sus socios. Pedro Sánchez ha intentado marcar una línea de separación entre su Gobierno y el anterior de Mariano Rajoy, aunque aún no se ha aclarado mínimamente quiénes, cómo y por qué han sido espiados en esta legislatura, ni lo siguen siendo.

Sánchez ha sido más explícito ante el primer interrogante formulado por Aitor Esteban (PNV), que de entrada quería saber si la Policía española y la Guardia Civil han usado Pegasus, algo que ha sido negado por el presidente español. «Tomo nota y ya veremos», ha dicho el diputado jelkide, con marcado escepticismo. El director de la Policía española también afirmó el martes en el Senado que no han recurrido a ese sistema.

Más allá de este detalle, Pedro Sánchez ha argumentado que «yo también he sufrido esas escuchas», lo que ha sido respondido con algunas carcajadas desde las bancadas de derechas, y luego ha mostrado «toda mi empatía con las personas que hayan sufrido escuchas sin permisos judiciales».

Le ha añadido la reiteración de que el Gobierno español quiere aclarar este caso y que para ello «se ha procedido a un análisis interno del CNI, se han abierto las puertas a un informe del Defensor del Pueblo, está planificada la modificación de la Ley de Secretos Oficiales...».

«Le puedo garantizar que el compromiso con la regeneración democrática no es solo que los mangantes ya no estén en el Gobierno –ha trasladado a Esteban–, sino también que no se utilicen las instituciones públicas como se utilizaron por parte de funcionarios del Estado con fines partidistas, espurios, para obstaculizar la investigación de la Justicia o para perseguir a adversarios políticos de manera ilegal. Eso no ocurre con este Gobierno».

Aizpurua: «Debe hacer más»

La interpelación de Mertxe Aizpurua (EH Bildu) ha ido destinada a que Sánchez aclarara qué piensa hacer para reforzar la confianza con los grupos que conforman la mayoría, porque «la situación es complicada, y esto no es bueno para su Gobierno y sobre todo no es bueno para la mayoría trabajadora porque los avances estarán en peligro. Nuestra responsabilidad es aportar certezas y legislar para que nadie quede atrás en la crisis».

Aizpurua ha remarcado la voluntad de EH Bildu de seguir fortaleciendo esa línea de acción a fin de «poder disponer de un ciclo más largo de recuperación de derechos» que quedaría abortado por una mayoría de derechas. Pero ha hecho ver al inquilino de La Moncloa que para ello tiene que «profundizar en dos pilares: la democratización real del Estado y avances sociales y económicos».

Sánchez le ha respondiendo centrándose en el diálogo en Catalunya, donde «mi  confianza en restablecer el diálogo con las instituciones catalanas es total y rotunda. Estoy dispuesto a reunirme cuando lo considere también la parte catalana». En una pregunta previa ya había replicado a Cuca Gamarra (PP) que cuando Rajoy gobernaba «ustedes mandaron el Piolín» [el barco policial contra el referéndum del 1-O de 2017] y ahora, por contra, «la selección española puede jugar en Barcelona».

Por lo que respecta al otro pilar al que ha aludido la diputada de EH Bildu, Pedro Sánchez ha dicho estar comprometido también con ello y ha puesto como ejemplo la actualización de la ley del aborto aprobada por el Consejo de Ministros del martes.  «Nuestro compromiso de avanzar es rotundo», le ha aseverado a Aizpurua, pero dejando a la vez un último matiz: «También le tengo que decir que tenemos total confianza en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».