Maitane Aldanondo

«La tecnología no cuida, pero ayuda al cuidador»

En el mercado hay diversas soluciones y desarrollos aplicables a la teleasistencia, sin embargo, muchas familias no  conocen estas herramientas que pueden ayudar en el cuidado de sus parientes. NagusiTEK les asesora sobre las que mejor se adecuan a su caso.

Julen Bilbao es el responsable de nagusiTEK, iniciativa centrada en asesorar sobre las soluciones tecnológicas aplicables a la teleasistencia que hay en el mercado.
Julen Bilbao es el responsable de nagusiTEK, iniciativa centrada en asesorar sobre las soluciones tecnológicas aplicables a la teleasistencia que hay en el mercado. (NAGUSITEK)

Apoyar a las familias a cuidar a sus mayores es lo que impulsó al getxoztarra Julen Bilbao a crear nagusiTEK. Formado en salud ambiental, marketing y diseño, es el creador también de una productora audiovisual en 3D. Detectó un vacío relacionado con las ayudas técnicas a los mayores dependientes y junto a su mujer vinculada a la ayuda a domicilio puso en marcha esta iniciativa hace un año.

El paso inicial fue Amamas dedicado a hacer un estudio personalizado de las necesidades de cada familia para así asesorarles sobre las ayudas técnicas existentes: grúas, camas articuladas... Debido a la pandemia, tuvieron que comercializar su servicio online y se dieron cuenta de que eso no le convencía.

«Nuestra idea era estar al lado de las familias y ayudarles», apunta Bilbao. Poco a poco fueron pivotando hacia la tecnología, para mejorar el seguimiento de una persona mayor en su casa. Ahí surgió nagusiTEK, centrada en ofrecer soluciones tecnológicas para mejorar la autonomía, la seguridad y la comunicación de las personas mayores.

Analiza las propuestas tecnológicas interesantes que hay en el mercado y las validan, valorándolas como persona usuaria, pensando en las necesidades de una familia. También tienen en cuenta el equipo que está detrás del desarrollo, para asegurarse de que están en sintonía. «Tenemos una serie de condicionantes al escoger: cuantas más familias se beneficien, mejor; y el precio debe ser asequible para cualquier familia».

Inicialmente, se dirigían al cliente final, pero eso dificultaba y encarecía el llegar a muchas personas, por eso pivotó centrándose en empresas del ámbito de los cuidados que tengan personas usuarias con un grado de dependencia, como servicios de ayuda domiciliaria, pisos tutelados o centros de día.

Bilbao cree que es imprescindible unir tecnología y cuidados. NagusiTEK tiene la primera, pero carecen de la segunda, y esa es su propuesta a las empresas. Sin embargo, percibe cierta reticencia para incorporar la tecnología a los cuidados, así como que la gente no se da cuenta de la necesidad que hay hasta que está en la situación.

Bilbao recuerda que «la tecnología no cuida, pero ayuda al cuidador» y a día de hoy hay herramientas centradas en la teleasistencia avanzada como relojes inteligentes, dómotica o cámaras que son un apoyo para supervisar a su familiar. Considera que debería introducirse la tecnología por parte de la administración pública pueblo a pueblo y aprovechar los datos generados por los dispositivos para hacer un seguimiento a tiempo real e incluso prevención.

Falta de impulso

Además de la teleasistencia avanzada, tiene otra parte que es la de los videojuegos 3D para mayores. Mediante un proyector las personas mayores pueden jugar de la forma en la que lo han hecho siempre. La imagen  se proyecta en la mesa y cuando ponen las manos sobre ella, el juego interactúa.

También ha hecho propuestas para hacer paseos accesibles, pensados para quienes tienen que empujar la silla de ruedas de su acompañante. La solución «es como un patinete eléctrico» y el acompañante no tiene que hacer ningún esfuerzo.

En estos dos años ha visto puntos en los que hay que avanzar, y a su vez, se ha encontrado un sector hermético. «Tenemos tecnologías que mejorarían la calidad de vida de las personas mayores, pero hay mucha inacción. La forma de actuar del empresario es distinta, más rápida y directa, dice ‘haz la prueba y si me da resultado…’. Cuando hablamos con empresas de ámbito social que dependen un poco de la parte de financiación publica, es otro tema. Es difícil meterse en el emprendimiento social», aclara.

Bilbao afirma que siempre ha tenido espíritu emprendedor y le parecía interesante poder ayudar a las familias, facilitarles herramientas, «estamos más en la parte social, del beneficio, que en el monetario».

Cuenta con el apoyo de algunos agentes y está a la búsqueda de financiación, ya que «si al final no llega, es difícil que los proyectos se puedan materializar». Se ha presentado a algunas ayudas, pero hasta ahora no le han concedido ninguna. Cree que «se ha ido hacia el modelo startup» y no se está trabajando la parte de emprendedor. «Hay negocios que sin ser startup son necesarios, se podrían desarrollar y tener salida», concluye.