La plataforma Nafarroako Energia Eraldatzen-Transformando la Energía de Navarra (Neeten) ha convocado una manifestación para este sábado en Iruñea (plaza del Castillo, 18.00) para denunciar «la agresión que nuestros pueblos están sufriendo por empresas privadas de la energía, con la aquiescencia del Gobierno de Navarra».

Este colectivo, que agrupa a asociaciones de Anue, Cendea Itza, Cendea de Oltza, Etxauri, Eguesibar, Esteribar, Erroibar, Txulapain, Leotz, Litzioain-Arriasgoiti, Odieta, Olaibar, Urbasa-Andia e Izarbeibar, recuerda que «con la excusa de la crisis climática y energética», hay más de cien megaproyectos como parques eólicos, fotovoltaicos, macrogranjas, minas, autopistas eléctricas o el TAV.

«Lo único que buscan es aprovechar esta situación para hacer nuevos negocios. Para ello, se apropian y ocupan nuestros comunales, nuestras tierras y los bienes naturales, sin reparar en los daños irreversibles que causan al medio ambiente, a la naturaleza y a las personas», señalan.

Junto a ello, critican que la Administración «se alinea totalmente con las iniciativas privadas, con el llamado capitalismo verde y tecnológico, participando en sus grandes mentiras y falsedades», en lugar de proteger al medio ambiente y a la gente.

«Existe una ruptura y una confrontación social, entre quienes se han lanzado como posesos a conseguir nuevos nichos de negocios en la llamada transición energética hacia las renovables, y la parte social que se ve afectada directamente por el empeoramiento de sus condiciones de vida, de sus tierras, de sus comunales, del medio ambiente…», añaden.

Asimismo, denuncian que «la salida propuesta por las grandes empresas de la energía con el apoyo de la administración y que se pueden definir como capitalismo verde y tecnológico, es falsa y no lleva sino a empeorar la crisis energética, climática y social».

Frente a ello, reclaman otro modelo de transición energética. «Necesitamos crear en los pueblos y en los barrios, organizaciones ciudadanas que se empoderen para generar y consumir sus propias fuentes energéticas, decidiendo de forma democrática como consumir menos, pero garantizando que nadie se quede sin alcanzar los mínimos vitales necesarios para vivir», reclaman.