Arnaitz Gorriti

Bitci Baskonia debe explotar el agujero del Real Madrid en el puesto de base

El 15-0 con el que se rompió el primer partido en favor de la escuadra merengue llegó con el escolta Fabien Causeur jugando de base. Anteriormente, los gasteiztarras no aprovecharos los minutos en los que el joven de 18 años Juan Núñez se vio obligado a llevar el timón por la lesión de Sergi Llull.

Si el tobillo de Baldwin está bien, debería ser más agresivo en el partido del sábado ante el Real Madrid.
Si el tobillo de Baldwin está bien, debería ser más agresivo en el partido del sábado ante el Real Madrid. (P. CASTILLO / ACB PHOTO)

Después de perder por 94-84 el primer partido de semifinales de la Liga ACB frente al Real Madrid, Bitci Baskonia afronta esta sábado a las 18.00 el segundo duelo, que también tendrá lugar en el WIZink Center. Los gasteiztarras jugaron un partido igualado en su primera mitad, pero que se rompió de manera irremediable en el arranque del tercer cuarto, con un parcial de 15-0 con el cual los de Pablo Laso pasaron de ganar 44-42 al descanso a un 59-42, resultado que Saski Baskonia jamás logró voltear.

Más allá de la derrota, resultó particularmente doloroso el modo en el que el cuadro merengue abría brecha con cierta impunidad, por así decir. Fabien Causeur, escolta que tan bien conocen en Gasteiz ya que se pasó por allí cuatro años –en una «levantada» épica del club gasteiztarra a Bilbao Basket, cuando este ya tenía el contrato del jugador casi firmado–, destacó en uno de sus famosos terceros cuartos. Obrando de base, el de Brest sumó 14 de sus 16 tantos en ese tercer asalto, superando a Wade Baldwin –que además acabó tocado del tobillo– y Jayson Granger con suma facilidad a pesar de encontrarse fuera de ubicación en la cancha.

Cierto es que, a sus 34 años, Causeur ya tiene muchas escamas y sabe cómo se juega a esto, por lo que ejercer de base no es nada novedoso para él, sobre todo en este Real Madrid 2021/22, que tantos quebraderos de cabeza está teniendo en el puesto de armador. Nigel Williams-Goss, llamado a ejercer de base titular, ha estado cuestionado durante todo el año y cuando parecía que se asentaba en la plantilla, ha caído lesionado. Carlos Alocén se rompió la rodilla y Thomas Heurtel está apartado del equipo desde hace meses. Pudo haberlo repescado Pablo Laso para el duelo del jueves, pero el técnico gasteiztarra sigue en sus trece y no le levanta el castigo al base de Béziers.

Así las cosas, Pablo Laso alineó a los exbaskonistas Adam Hanga y Fabien Causeur en el quinteto titular del jueves, buscando en el alero Jeffery Taylor la labor de defender a Baldwin, mientras que los otros dos se encargaban de Giedraitis y Fontecchio. Pero hanga cometió dos personales en poco más de cuatro minutos, y Laso debió alinear a Sergi Llull, que aun no siendo un base puro, es lo más parecido a un base que le queda, puesto que el alero gallego Alberto Abalde, encargado de «trampear» en el puesto de armador en el cuadro blanco, tampoco pudo jugar el jueves, «incapaz de apoyar el pie», según dijo Pablo Laso en rueda de prensa.

Sergi Llull funcionó bien, hasta que se lesionó en la recta final del primer cuarto. Un problema muscular a la altura de la ingle llevó al menorquín a vestuarios, y aunque pudo seguir el partido en el banquillo –o en la bicicleta estática que también utilizó otro exbaskonista como Vincent Poirier–, después de sumar nueve puntos en un santiamén no jugó ni un segundo más.

Oportunidad perdida

«No quiero hablar más de cansancio, sino que tenemos que ser mucho más duros», recalcó Spahija en sala de prensa después de acabar el partido. Y aunque su valoración no fue nada negativa para con sus jugadores, de los cuales dijo estar «muy orgulloso», lo cierto es que en el segundo cuarto dejaron pasar una ocasión pintiparada para tomar la iniciativa en el marcador.

Con Hanga en el banquillo con dos personales, Pablo laso le dio un respiro a Causeur y metió a Juan Núñez en su lugar, un base que aún no ha cumplido los 18 años y que, pese al talento que atesora, sus limitaciones en el tiro y su propensión a perder balones lo convertían en la «presa» de la experimentada pareja de bases baskonista.

Y no fue así. A pesar de la valoración de -4 del joven base, Pablo Laso subrayó que «Núñez ha jugado bien». El técnico gasteiztarra hizo dos menciones sobre el ataque de su equipo. Por un lado, afirmó que «no me ha gustado cómo hemos atacado. Hemos metido 94 puntos por puro talento –con un 17 de 34 en triples–, pero no me ha gustado cómo hemos llegado a algunos tiros, a pesar de que, por talento, los hemos podido meter». Por otra parte, Laso afirmó sobre Núñez que «aunque ha fallado los cinco tiros que ha intentado, ha jugado muy bien, moviendo muy bien al equipo».

En ese sentido, con empate a 25 en el marcador, Pablo Laso tuvo un fuerte encontronazo con Rudy Fernández en un tiempo muerto solicitado por el propio técnico madridista, en el que el técnico gasteiztarra le gritaba al escolta balear que se dejara de escorzos y metiera el balón en la pintura. Luego de diseñar la jugada tras el momento de tensión, el Real Madrid sacó una acción de «dos más uno» en el que Núñez superó a Baldwin valiéndose del bloqueo de Poirier, y ante la llegada de la ayuda defensiva de Simone Fontecchio, el joven base guardó la calma para esperar un instante y asistir para que Poirier machacase el aro, sacándole además la falta a Wade Baldwin. El base canterano ejecutó esa jugada sin prisas, tomándose su tiempo para coordinar sus movimientos a los de Poirier, una jugada que dio mucha calma al Real Madrid, al identificar en su joven base un activo para su ataque.

En defensa tampoco pudieron hacerle mucho daño los armadores baskonistas al joven Núñez. De hecho, la racha de siete puntos seguidos de Baldwin para empatar el duelo a 40 en la recta final de la primera mitad llegó más bien gracias a aprovechar los cambios en la asignación defensiva. Granger, pese a acertar en un par de lanzamientos, tampoco hizo valer su mayor experiencia ante un imberbe de 18 años que le aguantó el tipo a pesar de sus notables carencias en el tiro.

Lo cierto es que el Real Madrid sobrevivió a un momento de incertidumbre porque Saski Baskonia no logró agrandar el agujero madridista en el puesto de base, y tras el 44-42 del descanso, el tercer cuarto vino con el parcial adverso de 15-0 bajo el brazo, suficiente como para darle el golpe de gracias al Baskonia.

200 aficionados del Baskonia

A pesar de que el primer partido de esta serie se jugó un jueves alas 22.00, hubo una cierta presencia de aficionados baskonistas en el WIZink Center, aunque varios de ellos tuvieran que conducir hasta Gasteiz una vez terminado el partido, rozando ya la medianoche.

Lo cierto es que este sábado la familia baskonista volverá a estar un poco más arropada en su nueva visita a la guarida del Real Madrid, después de que Saski Baskonia haya puesto 200 entradas a disposición de su hinchada.

Sea como fuere, el 94-84 adverso es una mala noticia, se mire por donde se mire. Las estadísticas históricas dicen que el 92% de los equipos que empiezan ganando la serie acaba venciendo, pero todo apunta a que la serie podría alargarse siempre y cuando los baskonistas consigan recuperarse físicamente de unos duros cuartos de final ante Valencia Basket que tal vez le hayan pasado factura.

Habrá que ver si Pablo Laso recupera a alguno de los jugadores de los que no pudo disponer el jueves y, en caso de recuperarlos, ver en qué condición están. Por lo que respecta al bando gasteiztarra, preocupa el tobillo derecho de Baldwin, que se lastimó en el tercer cuarto luego de un choque con un pívot madridista. El de Nueva Jersey pudo regresar a la cancha, pero entre que el partido estaba ya sentenciado y que él tampoco quiso forzar en exceso, fue una versión menor de Baldwin quien terminó el partido la noche del jueves.

Pase lo que pase este sábado, el Buesa Arena aguarda para el tercer choque se celebrará el martes a las 21.00 en Gasteiz.