Entre las muchas virtudes que colocan al estudio Pixar a la cabeza del cine de animación está la del inconformismo, gracias a que nunca se duermen en los laureles y siempre tratan de innovar, de seguir sorprendiendo a las viejas y nuevas audiencias. ‘Lightyear’ (2022) en principio, tal como indica su título, es un spin-off o derivado de la franquicia ‘Toy Story’, pero acaba siendo un producto totalmente independiente, que no tiene nada que ver con lo visto hasta ahora.

Todo cambia, porque hay un deliberado distanciamiento de la creación original de John Lasseter. Han querido que el personaje cobre vida propia y deje de ser un juguete como el resto de criaturas animadas de la serie madre, para lo que se han sacado de la manga una especie de precuela en la que se contaría el origen del ser humano, del astronauta real, que supuestamente sirvió de inspiración al muñeco. Ha sido tirar del hilo de su verdadera génesis, puesto que ‘Lightyear’ se basó en la figura histórica de Buzz Aldrin, miembro de la expedición del Apolo 11.

Otra virtud en Pixar es la de premiar la fidelidad de su equipo de trabajo, razón por la cual Angus MacLane, que empezó en el departamento de animación prácticamente desde los inicios de la compañía del flexo, ha tenido su oportunidad de dirigir este su primer largometraje en solitario, teniendo en cuenta que es el realizador de los cortometrajes ‘Pequeño gran Buzz’ (2011) y ‘Toy Story: Terror!’ (2013).

Eran piezas muy divertidas, como también lo es ‘Lightyear’ (2022), una aventura espacial planteada a la manera de los clásicos del género de ciencia-ficción incluso anteriores al fenómeno de ‘Star Wars’, lo que lo convierte en un genuino y entretenido espectáculo. La humanización del protagonista ha hecho que su doblador en la versión original ya no sea el actor cómico Tim Allen, sino el heroico Chris Evans.