Maider Iantzi

Concentración en Irun para denunciar la muerte de Abderrman Bas en el Bidasoa

Numerosas personas se han concentrado al mediodía de este domingo en la Plaza San Juan de Irun, convocadas por la Red de Apoyo, para denunciar firmemente la muerte el sábado de Abderrman Bas, el noveno migrante que ha perdido la vida en solo un año al intentar cruzar el río Bidasoa.

Concentración convocada por Irungo Harrera Sarea en la Plaza San Juan.
Concentración convocada por Irungo Harrera Sarea en la Plaza San Juan. (Andoni CANELLADA | FOKU)

Con un minuto de silencio ha comenzado este mediodía la concentración en la plaza San Juan convocada por Irungo Harrera Sarea para denunciar el fallecimiento de Abderrman Bas, joven guineano cuyo cuerpo fue hallado ayer en el río Bidasoa, ahogado cuando intentaba cruzar a Ipar Euskal Herria.

El acto ha sido sencillo; ha habido pocas palabras y mucho dolor. Todas las personas reunidas allí conocen lo sucedido y lo único que quieren es no tener que volver a hacerlo, que cese de una vez este reguero de muertes de jóvenes migrantes en el Bidasoa.

Han abierto tres pancartas en las que se pedían corredores humanitarios para todas y todos, que Euskal Herria sea un pueblo de acogida y que se construyan puentes, no murallas.

Homenaje a Abderrman y a los otro ocho fallecidos en un año

Después del minuto de silencio, han dicho los nombres de los nueve jóvenes que han perdido la vida en esta «frontera asesina»: Tessfit Temzide (18 de abril de 2021), Abdoulaye Koulibaly (8 de agosto de 2021), Yaya Karamoko (22 de mayo de 2021), Sohaibo Billa (20 de noviembre de 2021), Mohamed Kemal (12 de octubre de 2021), Fayçal Kamadouche (12 de octubre de 2021), un migrante no identificado (12 de octubre de 2021), Ibrahim Diallo (12 de marzo de 2022)  y Abderraman Bas (18 de junio de 2022).

La Red de Apoyo de Irun ha criticado, además de los controles racistas, la presión de los dispositivos de refugio, que no permiten pernoctar más de tres noches. Han defendido que otra política de acogida es posible. «Se ha demostrado con los refugiados ucranianos, que la apliquen a todas las personas sin mirar a su color».

Josune Mendigutxia, voluntaria de la Red, ha comentado a NAIZ que han confirmado que Abderrman Bas estuvo en esta misma plaza, en la oficina de la organización popular. Fue el viernes, en la víspera de que muriera ahogado en el Bidasoa. «El viernes vino mucha gente, les vimos nerviosos, algunos se cambiaron de ropa, pedían pantalones cortos. Así es como fue hallado Abderrman, sin nada más que un polo y un pantalón corto».

«Lo peor está aquí»

«El viaje que han realizado es tan duro y malo, tantos kilómetros, tanto tiempo, años en algunos casos años, llegan a Europa y creen que ya han pasado lo peor. Pero lo peor está aquí: no pueden pasar la muga», subraya Mendigutxia.  «Es tremendo pero es así: lo peor está aquí. Se están ahogando y es una barbaridad, vergonzoso, que esto ocurra aquí».

Ha indicado que existen dos factores: «Por una parte, los controles racistas del Gobierno francés. No pueden cruzar y los devuelven una y otra vez. Por otra parte, está la acogida que se realiza aquí en Irun. Les conceden dos o tres días para dormir en los dispositivos y eso no es posible porque ellos están aquí con el objetivo de pasar la muga. No se quedan para pasar las vacaciones de verano. No es así. Les cuesta y si se les añade esa presión: ‘Te quedan dos días, te queda un día, mañana quedarás en la calle.’.. Intentan otras vías, como pagar pasantes, meterse en el río o ir al monte y perderse».

Nos cuenta que ha habido sospechas de que un joven se perdió en la montaña. Trataron de encontrarlo pero sin éxito y no saben nada de él. De momento está desaparecido.

20 personas al día

En las últimas dos semanas han acogido en Irun a 20-22 personas al día. «Está viniendo más gente, sobre todo de la Costa de Marfil, Mali, Guinea Conakry. Ahora están viniendo muchos también de Sudán. Este perfil es nuevo. Todos son jóvenes», apunta.

«¡Nadie es ilegal, todas las personas somos libres!», ha exclamado un participante de la concentración. Con ese mensaje y un aplauso ha finalizado el acto de protesta.