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Berlín

Alemania eleva el nivel de alarma energética por el recorte del suministro de gas ruso

El Gobierno alemán ha declarado este jueves la segunda fase del plan de emergencia del gas –es decir, ha elevado el nivel de alerta– ante la disminución del suministro de gas procedente de Rusia y los elevados precios, mientras afirma que la seguridad del abastecimiento sigue garantizada.

Un quemador encendido de una estufa de gas.
Un quemador encendido de una estufa de gas. (Ina FASSBENDER | AFP)

El Gobierno de Olaf Scholz ha elevado a una segunda fase el nivel de alarma por la crisis energética a causa de la reducción en un 60% del suministro de gas ruso que suele llegar a través del gasoducto Nord Stream I. Ya el pasado mes de marzo decretó el nivel de alerta temprana.

El ministro de Economía y colíder de los Verdes, Robert Habeck, ha confirmado la activación del segundo de los tres niveles del plan nacional de emergencia, después de los recientes cortes del flujo de gas desde Rusia, aunque ha subrayado que por el momento no hay problemas de abastecimiento.

«El gas es ahora un bien escaso»

«El suministro de gas está garantizado», ha señalado Habeck, quien, sin embargo, ha advertido de que el gas «es ahora un bien escaso» en Alemania. «Incluso si aún no lo percibimos, estamos en una crisis del gas», ha reconocido.

En este sentido, ha subrayado la importancia de reducir el consumo de gas durante el verano con vistas al próximo invierno, al mismo tiempo que ha asegurado que el Gobierno se ha preparado con anticipación para este escenario, incluyendo la puesta en funcionamiento de centrales térmicas de carbón, uno de los caballos de batalla históricos de los Verdes junto con la energía nuclear.

«Todos los consumidores, en la industria, en las instituciones públicas y en los hogares, deben reducir el consumo de gas tanto como sea posible para que podamos pasar el invierno», ha insistido.

El plan de emergencia energética de Alemania contempla un tercer nivel de alerta en el caso de que la crisis se agravase y los participantes del mercado no fueran capaces de manejar la situación por sí mismos.

En esta situación, el Estado intervendría en el mercado, transformando la Agencia Federal de Redes en el «distribuidor de carga federal», por lo que sería responsable de determinar en coordinación con los operadores la distribución de gas, aunque teniendo en cuenta que los hogares, empresas sociales u hospitales gozan del estatus de consumidores protegidos.