Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Mujeres golpeadas por el Estado Islámico

SINJAR 
Catalunya. 2022. 127’ Dtora. y guion: Anna Bofarull. Int.: Nora Navas, Halima Ilter, Iman Ido Koro, Luisa Gavasa, Alexa Casanovas, Mercè Rovira, Guim Puig, Samia Naif, Saman Musfeta, Franz Harram, Mouafaq Rushdie, Hennan Bereket.

Con ‘Sinjar’ (2022), película ganadora en el festival Fic-Cat del premio a la Mejor Película y del de la Crítica, la catalana Anna Boffarull se consagra definitivamente, tras dos documentales y dos ficciones previas en las que todavía no había encontrado su verdadero estilo.

De esos cuatro trabajos preparatorios, por así decirlo, el que más se acerca a su nueva realización es el documental ‘Hammada’ (2009), que rodó en el  campamento de refugiados saharauis de Dajla, y que le sirvió para tomar contacto con el mundo árabe. Sólo que ahora lo hace desde una perspectiva mucho más crítica, al mostrar al Estado Islámico como declarado enemigo de los derechos de la mujer, a partir del conocimiento de primera mano de casos reales de esclavitud y de explotación femenina por parte del fundamentalismo yihadista.

‘Sinjar’ (2022) es un impactante tríptico que muestra en paralelo las historias de tres mujeres en distintos países, cuyo nexo común es la perdida de su libertad y de sus lazos familiares por culpa del radicalismo islamista. La que transcurre en Barna la protagoniza Nora Navas, una madre angustiada que, cuando se pone a buscar a su hijo huido de casa, descubre que se ha unido a ISIS, cambiándose su nombre de Marc por el de Abu Salim.

En la zona del título, fronteriza entre Irak y Siria, Hadia (Halima Ilter) es esclavizada y violada por su comprador junto a sus tres hijos. En cambio, Arjin, papel en el que Iman Ido Koro, que también utiliza el nombre de Erman Eido, se interpreta a si misma, como la mujer que consiguió escapar del cautiverio para vivir un infierno a un peor. Al principio de unió a las milicias kurdas, pero acabó como guerrillera al servicio de Daesh.

La fuerza dramática de la película hace que los tres relatos se sientan como uno solo, lo que suele ser raro de ver en este tipo de narraciones simultáneas.