Iñigo Garcia Odiaga
Arquitecto

Pasajes

El estudio de arquitectura francés Atelier du Pont ha proyectado la renovación de los pasadizos del Pont de Sèvres, una serie de pasajes, de calles que cruzan los bajos de un clásico barrio del desarrollismo de la década de 1970. Estos barrios, fruto del gran crecimiento de París, proyectados y levantados a gran velocidad para albergar a un gran número de habitantes con el característico lenguaje del brutalismo, adolecían de un urbanismo precario. Un urbanismo de alta densidad pero de estructura urbana deficiente que consigue gracias a los pasajes una cierta funcionalidad.

Clasificado como Área Urbana Sensible ‘ZUS’ en 1996, la obsolescencia del barrio tiene ahora una nueva oportunidad con la reforma del ‘Passage du Vieux Pont de Sèvres’, cuya obra forma parte del plan de remodelación del barrio que comenzó en 2008 y combina arquitectura, desarrollo urbano e infraestructuras.

La propuesta transforma un antiguo aparcamiento al aire libre en un espacio público, para junto con dos pasajes bajo las moles de viviendas abrir una conexión que conecte la estación de metro Pont de Sèvres y la estación de metro Trapèze. Decorados con terrazo y hormigón pulido, los pasadizos redescubren la luz natural y crean un camino fluido, agradable y seguro.

Crear comunidad

El objetivo del estudio Atelier du Pont es establecer una relación exitosa entre lo público y lo privado, la cultura, el deporte y la vida cotidiana de los residentes, en definitiva, crear comunidad, gracias a la mejora de lo público. El nuevo pasadizo ha facilitado la reforma de muchos de los locales que conforman las plantas bajas de los inmuebles, antes lugares oscuros y siniestros. Estos espacios, ahora llenos de actividad y luz, incluyen rocódromos para adultos y niños, áreas de fitness y yoga, bar, restaurantes y tienda. Las instalaciones de escalada son verdaderos espacios urbanos que vinculan el proyecto a la vida cotidiana del vecindario. Desde el verano de 2021, estos espacios que alcanzan los 1.800 metros cuadrados de locales comerciales dan la bienvenida a este paso que cruza los edificios y crea los lazos sociales entre los dos barrios conectados por el pasaje.

A través de esta recuperación de espacios y de la renovación de las propias infraestructuras, el ‘Passage du Vieux Pont de Sèvres’ se ha transformado en el corazón del barrio. La configuración atípica del espacio incluye dos jardines escalonados, uno a cada lado del pasaje, que crean verdaderos sitios de descanso y contemplación.

En toda esta operación tienen una importancia vital la apertura del antiguo pasadizo a los dos patios de manzana que cruza. Gracias a esas aperturas y a los materiales brillantes que recubren los paramentos, techos y solados del paso, la luz inunda esos espacios. Además, esa materialidad otorga a la nueva arquitectura una cierta elegancia, un cierto glamour. Por lo general el uso de estos pasadizos suele ser minoritario, los vecinos rehúyen su uso por su oscuridad y deficiente construcción, siempre maltratada gracias a lo recóndito de esos espacios. Por el contrario, en este caso se llenan de luz y la calidad de los materiales, además de convertirlos en lugares agradables, construyen una cierta identidad que implica a los vecinos y les involucra en el proyecto gracias a un sentimiento de orgullo por la transformación lograda.

Los locales acompañan la rehabilitación de esta conexión urbana, aportando un gran transparencia gracias, sobre todo, a sus muros cortina de suelo a techo. También la propia decoración de esos espacios, llenos de telas y maderas, materiales cálidos, apoya una cierta lógica de lo doméstico, generando unos espacios agradables y confortables que parecen ampliar las propias viviendas a las que ahora sirven.

La creación, además de una instalación de atletismo en el corazón de un vecindario en rápida transformación y de altísima densidad, es un acto importante que une a los residentes y ancla firmemente el proyecto a la ciudad.