Favorecidos por las condiciones meteorológicas, con viento y temperaturas de hasta 40 grados, los incendios registrados en el Estado español en los últimos días han acabado con la vida de dos personas en la provincia de Zamora, y provocado desalojos de vecinos y unas 25.000 hectáreas calcinadas.

El mapa de actualidad de la península Ibérica es un rosario de fuegos, de este a este y de norte a sur. Este lunes siguen preocupando los de Castilla y León, Catalunya, Galicia y Extremadura –aunque la situación en esta última, una de las más afectadas, ha mejorado notablemente en las últimas horas–, mientras que, en Andalucía, el incendio de la Sierra de Mijas (Málaga) se ha dado por estabilizado.

Dos fallecidos en el mismo incendio en Zamora

El domingo, en el municipio zamorano de Losacio, un brigadista que combatía las llamas falleció y otros dos de sus compañeros sufrieron quedamuras de carácter leve. Además, dos personas que eran evacuadas resultaron heridas al sufrir un accidente de tráfico durante la operación.

Fuentes de la Junta de Castilla y León han indicado que el fallecido, manguerista de una autobomba, es Daniel Gullón, de 63 años.

En el mismo término municipal, este lunes se ha hallado el cuerpo sin vida de un vecino que tenía una ganadería de ovino en la zona de monte de Escober de Tábara, con lo que es la segunda víctima mortal en este incendio. Por el momento no se ha podido determinar la causa exacta de la muerte aunque se presupone que está relacionada directamente con el incendio.

Durante las última horas, este fuego ha obligado a cortar la vía férrea convencional por la que circula el tren regional Valladolid-Puebla de Sanabria a su paso por la comarca de Tierra de Alba, y la del AVE Madrid-Galicia entre Zamora y Puebla de Sanabria, así como las carreteras N-631 y ZA-902.

El incendio forestal de Losacio se ha adentrado en la reserva de caza de la Sierra de la Culebra, cerca de la frontera con Portugal, donde aún no se ha extinguido, 32 días después de su inicio, otro gran fuego que ha calcinado mas de 25.000 hectáreas de terreno.

Este fuego es uno de los cuatro con nivel 2 de peligrosidad en Castilla y León, junto a los de las localidades  de Cebreros y Herradón de Pinares (ambas en Ávila) y el de Monsagro (Salamanca).

De Catalunya a Galicia

En Catalunya, unos 130 medios terrestres y aéreos continúan trabajando este lunes para estabilizar el incendio forestal que afecta a la comarca del Bages (capital, Manresa), en especial al término de El Pont de Vilomara, que ya ha arrasado más de 1.200 hectáreas y sigue avanzando sin control.

Es el segundo mayor registrado en Catalunya este año, ha dañado hasta el momento una veintena de casas de urbanizaciones y ha obligado a desalojar a centenares de residentes.

Galicia ha empezado la jornada con dieciséis incendios forestales que han quemado ya 9.140 hectáreas, casi el triple que hace 48 horas, y múltiples núcleos de población en riesgo en las provincias de Lugo y Ourense, según informa la Consellería do Medio Rural.

La reactivación del fuego en Carballeda de Valdeorras (Ourense), que estaba estabilizado, ha multiplicado el área quemada desde las 1.100 hectáreas a mediodía del domingo hasta las 2.400 que se mantienen desde anoche, y ha llevado a la activación de la situación 2, de riesgo para núcleos poblados, porque las llamas han alcanzado la aldea de Candeda. En la zona ha habido desalojo de viviendas en varios puntos.

Folgoso do Courel (Lugo) tiene tres fuegos activos también en situación de riesgo para núcleos poblados, uno cercano al núcleo de Parada de Montes, con 2.500 hectáreas; otro cerca del primero con 300 hectáreas; y un tercero en Seceda, con 1.100 hectáreas.

En Andalucía, el fuego declarado el pasado viernes en la sierra de Mijas ha sido dado por estabilizado tras calcinar 2.070 hectáreas, afectando a los municipios malagueños de Alhaurín el Grande y Alhaurín de la Torre, aunque se pide prudencia y precaución ante las fuerte subida de las temperaturas, que pueden favorecer reactivaciones.

Extremadura es otra de las más afectadas por las altas temperaturas y los fuegos durante los últimos días. La situación de los tres incendios principales (Valle del Jerte, Las Hurdes y Casas de Miravete) ha mejorado notablemente en las últimas horas, pero se mantienen la cautela ante posibles reproducciones.

Los dos fuegos «extraordinarios» en la Gironda

Mientras tanto, al norte de Euskal Herria, el Gobierno francés ha decidido enviar refuerzos de bomberos de diferentes puntos del Hexágono y más aviones para tratar de controlar los dos incendios que siguen activos en el Parque Natural de las Landas de Gascuña, que ya han quemado cerca de 15.000 hectáreas y se declararon casi al mismo tiempo durante la tarde del pasado martes, 12 de julio.

La Prefectura de la Gironda ha anunciado esta tarde en su cuenta de Twitter el desalojo preventivo de unas 11.500 personas más en las localidades de Villandraut, Noaillan y Léogeats, próximas a Landiras, a unos 40 kilómetros al sur de Burdeos.

En esos tres pueblos viven unas 8.000 personas, que se sumarán a las alrededor de 3.500 que tuvieron que evacuar por la mañana en los barrios de Miquelots y Pilat, en La-Teste-de-Buch.

Hasta este lunes ya habían tenido que ser desalojadas 16.000 personas de sus domicilios y de cámpings. No ha habido ninguna víctima mortal aunque sí que han sido pasto de las llamas algunas viviendas, restaurantes y otros edificios.

El responsable de los bomberos de la Gironda, Marc Vermeulen, ha señalado, en declaraciones a France Info, que estos fuegos son «extraordinarios» y que nunca se había dado una situación de dos incendios simultáneos de esta dimensión en un solo departamento.

En el mayor de los dos, que se inició en el municipio de Landiras –en el interior de la Gironda–, han quedado calcinadas 10.500 hectáreas, 500 más de las que se habían contabilizado por la mañana, en un perímetro de 48 kilómetros.

A unos 80 km de ese lugar, en la costa atlántica, en el de La-Teste-de-Buch han ardido 4.300 hectáreas, también de pinar, con un perímetro de 28 kilómetros.

Vermeulen ha hecho hincapié en que el primer objetivo del dispositivo contra el fuego es que no haya que lamentar víctimas, lo que se ha conseguido hasta ahora (únicamente algunos bomberos han resultado heridos de levedad), y luego evitar que los edificios sean pasto de las llamas.

Según la Prefectura, hay 1.700 bomberos movilizados que, desde esta mañana, están apoyados desde el aire por seis hidroaviones de tipo Canadair y tres aviones bombarderos de agua de tipo Dash.

De acuerdo con Météo-France, este lunes se está viviendo el pico de la ola de calor que viene afectando al sur del Estado desde hace más de una semana. Se esperan temperaturas que pueden superar los 40 grados en la fachada atlántica, lo que llevaría a alcanzar récords absolutos de máximas..

De hecho, a primera hora de la tarde ya se había registrado algún récord histórico de temperatura, como en el puerto de la ciudad bretona de Brest, con 35,8 grados, por encima del anterior máximo que se había dado en 1949 con 35,2 grados.

Alerta roja en Inglaterra

Saltando al otro lado del canal de la Mancha, la Met Office, el servicio británico de meteorología, ha situado este lunes a Inglaterra en alerta roja por la ola de calor, avisando de que las temperaturas pueden superar los 40 grados centígrados, lo que supondrá un récord para este país.

La temperatura más alta registrada hasta ahora en Gran Bretaña se registró en Cambridge en 2019, cuando el termómetro marcó 38,7 grados centígrados.

Las autoridades han avisado de que Londres puede ser la ciudad más calurosa del país este lunes. La compañía Transport for London (TfL), que opera la red del transporte metropolitano, ha pedido que la gente no viaje a menos que sea esencial, ya que anticipa cancelaciones y retrasos en el metro.

La alerta roja, la primera de este tipo emitida por la Met, se mantendrá el martes en Inglaterra, mientras que el resto del territorio de Gran Bretaña permanece en alerta ámbar, un nivel más bajo que la roja.

El director de la Met, Paul Davies, ha advertido de que la noche del lunes al martes puede ser «muy opresiva» porque será difícil poder dormir por el calor y se ha mostrado «realmente preocupado» ante la posibilidad de que los termómetros lleguen a los 41 grados.