Uno de los últimos nombramientos del presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, ha sido el de Danilo Rueda como Alto Comisionado para la Paz.

Rueda, quien ha sido director y representante de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, entidad a favor de los derechos humanos con más de 20 años de trayectoria, ha visitado Euskal Herria en varias ocasiones para exponer la situación de derechos humanos en Colombia.

Danilo Rueda, actual director de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, será nuestro comisionado para la Paz.

Una potencia mundial para la Vida significa construir la paz. pic.twitter.com/vIBssXpzHn

— Gustavo Petro (@petrogustavo) July 25, 2022

En 2014, durante unas jornadas organizadas por Mundubat en el Palacio Miramar de Donostia y en plenos diálogos entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP, lanzó una serie de interrogantes de cara a un posible escenario posconflicto.

«¿Para qué la cárcel? ¿Es realmente aleccionador? ¿Transforma el dolor de las víctimas el hecho de que un general o unos militares estén en prisión? Ya sabemos contra quiénes se aplica siempre esa ‘no impunidad’, contra los de abajo, contra los rebeldes, nunca contra los responsables de crímenes de lesa humanidad. Debemos reinventar el Derecho, buscar otras fórmulas y, sobre todo, combatir la impunidad social, más que la jurídica, porque el grueso de la sociedad desconoce la comisión de estas masacres, no quiere ver estas realidades», manifestó en aquel momento. El acuerdo entre esta guerrilla y el Gobierno llegaría en noviembre de 2016.

Por una «nueva cultura política»

En aquella conferencia, Rueda instó a crear «una nueva cultura política» alejada de «prácticas excluyentes y de viejas pugnas ideológicas que la gente no entiende, y enamorar a los sectores medios de la sociedad. Solo con madurez y creatividad podremos tomar el poder legislativo, ejecutivo y judicial».

Rueda fue también uno de los dieciocho importantes líderes latinoamericanos que en un acto celebrado en Ciudad de México en octubre de 2013 se adhirió a la Declaración de Aiete de 2011.

En la reciente campaña electoral para las presidenciales, Rueda se vio envuelto en una polémica cuando medios colombianos difundieron una imagen suya junto a Juan Fernando Petro, hermano del presidente electo, entrando en la cárcel de La Picota para entrevistar a presos catalogados como extraditables.

En una entrevista con el periódico ‘El Espectador’, explicó que se trataba de «una dinámica de conversaciones extrajudiciales con diversos actores que han tenido responsabilidad en la violencia, esos diálogos pueden ser dentro o fuera de las cárceles para generar una confianza que pretende construir el escenario de la verdad».

Recordó que la CIJP, promotora de estas conversaciones, es «una organización de derechos humanos que inició en 1998 y que, en desarrollo de su misión por los derechos de la justicia, desde el año 2002 tiene una apuesta de justicia a través del derecho restaurador y de memorias transformantes».

Precisó que «tras evaluar la desmovilización que se generó por la Ley 975 y del proceso de paz con las FARC, concretamos un ejercicio de diálogos Directors entre los responsables de las victimizaciones y las víctimas de esas afectaciones».

Más de tres décadas involucrado en procesos de diálogo

Otro de los nombramientos clave y muy simbólico por su peso y larga trayectoria tanto política como en temas vinculados con La Paz es de Alvaro Leyva Durán como ministro de Exteriores.

Agradezco la designación que el Presidente Gustavo Petro @petrogustavo me ha hecho para encabezar la política exterior y de paz de su gobierno. Recuperar el sitio en dignidad que nos corresponde en el mundo y la integración latinoamericana, parte del reto. Lo cumpliremos.

— Álvaro Leyva Durán (@AlvaroLeyva) June 26, 2022

Este político conservador fue una pieza importante en el reciente proceso de diálogo de La Habana.

No es la primera vez que ocupa un cargo ministerial. Con el presidente Belisario Betancur fue ministro de Minas y de Energía entre 1984 y 1985. Participó en los diálogos desarrollados bajo el Gobierno de Betancur con las guerrillas del momento, ELN, M-19 y FARC-EP principalmente.

En marzo de 1990, se aprobó la convocatoria de una Asamblea Constituyente, siendo Leyva elegido como constituyente por el movimiento de izquierda Alianza Democrática M19 (producto de los acuerdos de paz de 1990 con el M-19), en diciembre de 1990, siendo uno de los protagonistas de la nueva Carta Política.

En su larga trayectoria, estuvo exiliado en Costa Rica y aunque la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados le otorgó la condición de refugiado, el 23 de octubre de 2002 fue detenido por Interpol en Madrid acusado por la Fiscalía colombiana de enriquecimiento ilícito por un dinero recibido supuestamente de parte del Cartel de Cali. Tras ser absuelto  por la Corte Suprema de Justicia de Colombia, regresó a Colombia en 2006, año en que por segunda vez se postuló como candidato presidencial Movimiento Nacional de Reconciliación.

«Para hacer la paz, se busca al enemigo», entrevista a NAIZ

En una entrevista concedida a NAIZ en abril de 2013, subrayaba que «para hacer la paz se busca al enemigo, no al amigo. Esto me llevó desde tiempo atrás a conversar horas enteras, días si se quiere, con los contradictores armados no solo de las FARC sino de agrupaciones como el Ejército Popular de Liberación, EPL; el Ejército de Liberación Nacional (ELN); el Partido Popular de los Trabajadores (PRT); la organización armada indígena llamada Quintín Lame; el Movimiento 19 de Abril (M-19). Organizaciones, algunas, ya desaparecidas. Conocí a sus principales comandantes, algunos ya muertos, otros detenidos, u hoy desmovilizados y activos en las lides políticas. Ciertamente tuve contactos directos con Manuel Marulanda, Jacobo Arenas, Raúl Reyes, Alfonso Cano, el cura Pérez del ELN, con Pizarro León-Gómez del M-19 y con varios más. Marulanda y Jacobo Arenas, los más veteranos, desaparecidos por causas naturales, fueron valiosos interlocutores. A los adversarios también se les aprende. Los dos últimos llevaban la historia de Colombia por dentro y a su manera. Ricas experiencias humanas que me condujeron a conocer la otra cara de la moneda. Esto me hizo crecer en madurez, entender y buscar soluciones».

El exmagistrado de la Corte Suprema Iván Velásquez, referente en la lucha contra la corrupción y la violación de derechos humanos, será el ministro de Defensa. Investigó a políticos vinculados con el paramilitarismo, los falsos positivos –la muerte de civiles por parte del Ejército para presentarlos como guerrilleros muertos en combate y así cobrar incentivos–.

También integró la comisión de la ONU que investigó la corrupción y la impunidad en Guatemala, y llevó a la destitución del entonces presidente de ese país, Otto Pérez Molina.

Cecilia López, exministra, liberal y economista de 79 años, estará al frente del Ministerio de Agricultura, cargo que ya ocupó con el gobierno de Ernesto Samper. Entre 1985 y 1988 fue Embajadora de Colombia en los Países Bajos y Directora del Programa de Empleo de la CEPAL entre 1988 y 1990. Con el Gobierno de Juan Manuel Santos integró la llamada Misión Rural, un equipo de expertos que formuló recomendaciones en temas rurales.

Desde el Centro Internacional de Pensamiento Social y Económico (Cisoe), del cual es presidenta, López ha estudiado la situación social de la mujer. Uno de sus principales retos será la reforma agraria.

Otro de las figuras importantes del Gobierno de Petro es José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York. Será el nuevo ministro de Hacienda. Entre los múltiples cargos que ha ocupado fue secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, ministro de Hacienda y Crédito Público, director del Departamento Nacional de Planeación y Ministro de Agricultura.

Es además autor de libros y artículos sobre teoría y política macroeconómica, desarrollo económico, comercio internacional e historia económica.