NAIZ

AI acusa al Ejército ucraniano de convertir «civiles en objetivos militares»

Amnistía Internacional publicó este jueves un informe en el que se afirma que las tácticas militares del Ejército ucraniano violan el derecho humanitario internacional al convertir «civiles en objetivos militares». Zelenski denuncia que el documento sirve para justificar los ataques rusos.

Un soldado del Ejército ucraniano realiza su guardia en una casa abandonada cerca de Artemovsk. (Juan TEIXEIRA)
Un soldado del Ejército ucraniano realiza su guardia en una casa abandonada cerca de Artemovsk. (Juan TEIXEIRA)

La ONG Amnistía Internacional (AI) denunció este jueves que las tropas ucranianas están realizando tácticas de combates que ponen en peligro la vida de civiles y que violan el Derecho Internacional humanitario. La responsable de la oficina de AI en Ucrania y el propio Zelenski alegan que la ONG no comprende la situación y asume parte de la propaganda rusa.

Sin embargo, la organización explicó en un comunicado que el Ejército ucraniano estaría operando muy frecuentemente en áreas residenciales, incluido hospitales y escuelas, mientras repele la invasión rusa, poniendo así en peligro la vida de civiles al convertir objetos de carácter civil en objetivos militares.

«Hemos documentado un patrón en el que las fuerzas ucranianas ponen en peligro a los civiles y violan las leyes de la guerra cuando operan en zonas pobladas», explicó la secretaria general de AI, Agnès Callamard, advirtiendo a Ucrania de que «estar en una posición defensiva no exime al Ejército ucraniano de respetar el Derecho Internacional humanitario».

Sin embargo, no todos los ataques rusos documentados por la ONG han seguido este patrón. En otros lugares en los que Amnistía Internacional ha concluido que Rusia había cometido crímenes de guerra, incluidas algunas zonas de la ciudad de Járkov, la organización no ha encontrado pruebas de que hubiera fuerzas ucranianas en las zonas civiles que el Ejército ruso había atacado ilegalmente.

Entre abril y julio, los investigadores de AI dedicaron varias semanas a investigar los ataques rusos en las regiones de Járkov, Donbás y Mykolaiv. En esos lugares, la organización inspeccionó los lugares de ataque, entrevistó a sobrevivientes, testigos y familiares, y llevó a cabo análisis de armas.

«A lo largo de estas investigaciones, los investigadores encontraron evidencia de que las fuerzas ucranianas lanzaron ataques desde áreas residenciales pobladas y se establecieron en edificios civiles en 19 pueblos y aldeas de las regiones», detalló la ONG.

«Ejército fuera de las áreas pobladas»

En concreto, la mayoría de estas estaban a kilómetros de distancia de las líneas del frente, por lo que existían «alternativas viables disponibles» que no pondrían en peligro a los civiles, según sostuvo AI en el escrito.

Asimismo y a pesar de la cercanía a áreas civiles, la organización aseguró no tener conocimiento de que los militares ucranianos que se instalaron en estructuras civiles en zonas residenciales hayan pedido o ayudado a civiles a evacuar los edificios cercanos, lo que no habría permitido tomar todas las precauciones posibles para proteger a los civiles.

«El Gobierno ucraniano debe asegurarse de inmediato de ubicar sus fuerzas lejos de las áreas pobladas, o debe evacuar a los civiles de las áreas donde opera el Ejército. Los militares nunca deben usar los hospitales para participar en la guerra, y solo deben usar las escuelas o los hogares civiles como último recurso cuando no haya alternativas viables», señaló Callamard.

Por otra parte, Amnistía Internacional criticó que «muchos de los ataques rusos» se han llevado a cabo con armas «intrínsecamente indiscriminadas», incluidas las municiones en racimo prohibidas internacionalmente.

Críticas de Zelenski y Pokalchuk

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, rechaza rotundamente las conclusiones de Amnistía Internacional y afirma que su último informe es «manipulador» y justifica los ataques rusos.

Zelenski ha recalcado que no existe ninguna condición bajo la cual se pueda justificar un ataque ruso a Ucrania, y ha asegurado que «no se puede tolerar» que una organización realice un informe equiparando «a la víctima con el agresor».

La responsable de la oficina de AI en Ucrania, Oksana Pokalchuk, y su equipo también se han distanciado del informe publicado y subrayó que su equipo no participó en la preparación del mismo, elaborado por investigadores internacionales de la oficina global de AI. Y ha añadido que los comentarios de su equipo sobre la «inadmisibilidad de ese material incompleto» no se consideraron.

Pokalchuk ha denunciado que «la burocracia, falta de comprensión del contexto local, un sistema de trabajo inflexible y desconsideración hacia la opinión del equipo ucraniana y la posición de la comunidad que defiende la legalidad en Ucrania» llevaron la creación del informe tal como se publicó.

Moscú nunca ha reconocido haber atacado objetivos civiles en Ucrania. En casos destacados, como la destrucción del teatro de Mariúpol donde se refugiaron un millar de personas en marzo, las autoridades rusas y periodistas de medios estatales o bien acusaron al Ejército ucraniano, o dijeron que Ucrania escenificó lo sucedido y que los edificios estaban siendo usados por los militares ucranianos.

La secretaria general de AI, Agnes Callamard, ha reaccionado a las críticas en Twitter, donde ha denuciado ataques «de trolls de redes sociales ucranianas y rusas» y aseguró que eso no hará mella en la imparcialidad de la organización y que no cambiará los hechos.